A partir de datos recientemente publicados por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), elCaribe ha presentado en esta semana dos historias, con diferentes enfoques, sobre las muertes in situ en el país por accidentes de tránsito durante 2015-2020, lo cual sigue siendo una tragedia.
Con más de 1,500 muertes anuales, la mayoría es de gente joven, debido a que el 73 % son varones menores de 25 años y con una constante: el grueso de los fallecidos (71.4%), corresponde a motoristas.
Las causas de estas muertes son las mismas de siempre: exceso de velocidad, conducir bajo los efectos del alcohol u otras sustancias, no utilizar el casco protector o el cinturón de seguridad. Hay otra que no figura entre las más tradicionales: distraerse usando un teléfono celular mientras se trasladaba en un vehículo de motor.
Este 2021 no marcará ninguna diferencia, pues solo en el primer trimestre se reportaron 471 fallecidos in situ, indicativo de que no se registran avances puesto que con el Plan Estratégico Nacional de Seguridad Vial 2017-2020 el objetivo era reducir en un 30% las muertes por siniestros viales, pero las cifras demuestran que en lugar de bajar, aumentan.
Cuando se habla de las muertes in situ, se trata de aquellas en las que las personas pierden la vida al instante o en el lugar del hecho, a las que habría que sumar las que ocurren después del accidente, y sin detenernos a registrar las personas que quedan con lesiones permanentes.
Resulta desalentador este panorama estadístico que nos presenta la ONE titulado “Siniestralidad vial en República Dominicana”, lo que constituye una fatalidad, porque cada vez que se retoma el tema el resultado suele ser un grito de impotencia.
La educación vial no parece que sirva en un país donde la agresividad frente al volante se combina con un desprecio por las leyes, por la autoridad y por la vida misma.
Alguna solución de fondo habrá que buscar, bien sea la implementación de más eficaces medidas preventivas o fortalecer las represivas, con el objetivo de reducir esto que se ha convertido en una epidemia.
