La Covid-19 no ha dejado de ser tema ni un solo instante en dos años y tampoco ha pasado de moda, aunque de vez en cuando da cierto respiro, como ha estado sucediendo en nuestro país en los últimos meses, pero no debemos olvidar que, como afirman los expertos, llegó para quedarse.
En estos días se observa un incremento de casos activos, no solo en los indicadores que sirven las autoridades pese a la reducida cantidad de pruebas, sino en las consultas médicas, y aunque quizás no sea para alarmarse, debe servir para recordarles a aquellos que las han olvidado, que las medidas preventivas contra la pandemia siempre han estado presentes.
Coincidimos con el presidente Abinader en su apreciación de que en este momento no hay razones de peso para extremar esas medidas, que el uso de las mascarillas debe continuar siendo opcional salvo en lugares especificados por las autoridades sanitarias, pero estamos de acuerdo en que sí debemos estar preparados ante cualquier eventualidad.
No sería mucho pedir a la gente, por la experiencia acumulada, que lo primero es cuidarse a sí mismo; que no haya relajamiento y no nos dejemos ganar por la sensación de falsa seguridad que generan la baja positividad, la aun más baja letalidad y que prácticamente estén desoladas las camas Covid, las de cuidados intensivos y el uso de ventiladores.
Con todo y esa realidad, el número de casos activos ha estado aumentando de manera sistemática, por lo que es pertinente el llamado que formulan facultativos y asociaciones médicas especializadas, para que tampoco se pierda de vista la evolución de nuevas variantes aparecidas en otros países.
Que no decaiga la prédica para que las personas se vacunen, según cada caso, con énfasis en los menores de hasta 11 años porque no dio resultado la campaña lanzada en su momento, para lo cual los padres deberán aportar más.
Nos enfrentamos a un enemigo silencioso pero letal, la única manera de frenarlo es la prevención y las vacunas; para evitar el pánico, más muertes y para que la población no tenga que volver a vestirse de luto.
