Se suponía que la idea o propuesta del presidente Luis Abinader de reducir el 50 % de los fondos que reciben por ley los partidos políticos encontraría eco. Era de suponerse por el momento que vive el mundo, y en particular la República Dominicana, por la pandemia de la Covid-19.
Los estados, en su rol protector, han debido disponer de los siempre insuficientes recursos para concentrar gastos en atenciones e insumos para las personas.

No había que ser ingenuo para pensar que las fuerzas políticas, que por naturaleza se definen como expresión de la población, razonablemente estarían dispuestas a renunciar a una parte de los recursos que reciben del Estado.

A fin de cuentas, esos bienes del erario son el producto de las aportes ciudadanos, las contribuciones al Fisco, y siendo así, los dineros que el Estado entrega a los partidos son también dinero del pueblo.

Entonces, lo más lógico es pensar que de la mejor manera, los partidos aceptarían gustosos desprenderse de lo que reciben. Pero esa no ha sido la respuesta.

Hay reticencia. Alegan que necesitan “su” dinero para labores organizativas. Podrían tener alguna razón, pero pierden de vista el momento, la circunstancia, la estrechez económica con que se desenvuelve el Estado.

Dirán que el proponente tiene a favor que está en el poder, y siendo así sus parciales requieren de menos recursos para financiar sus actividades.

La realidad es sin embargo, que se acaba de pasar por un largo proceso electoral en el que se hicieron gastos exorbitantes, incomprensibles para la dimensión del país que somos.

Y si bien algunos partidos están en sus afanes de reestructuración o construcción, en una situación como ésta lo propio sería que recurran a sus militantes y contribuyentes para alcanzar sus propósitos.

De todas formas, el presidente Abinader propuso una reducción de apenas el 50% de lo presupuestado para el año que viene, en consecuencia, continuarán recibiendo dinero.

Además, los fondos deducidos irían a una obra importantísima como la construcción de la extensión de la UASD en el municipio Santo Domingo Este.

Los partidos deben acoger esta propuesta. Estamos seguros de que los dominicanos lo entenderían como una noble contribución para el desarrollo social.

Posted in Editorial

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas