El Banco Central y la Junta Monetaria, los dos pilares fundamentales del diseño y ejecución de la política monetaria, están firmemente decididos a propiciar y sustentar un comportamiento dinámico de los negocios y la economía.

Sin perder de vista su misión esencial de mantener la estabilidad de precios, el Banco Central, apoyado en decisiones de la Junta Monetaria, se ha embarcado desde julio pasado en retomar la aplicación de una política monetaria de corte expansivo, de incentivo monetario, para propiciar una mayor afluencia de recursos financieros a los diferentes sectores de la economía.

Liberalización de recursos del encaje legal aplica do a los intermediarios financieros y reducción de la tasa de interés de política monetaria han sido los dos instrumentos esenciales para quitarle la neutralidad a la política monetaria y procurar empujar el crecimiento vía un mayor uso del crédito bancario por parte del sector privado.

Además de adoptar las medidas de flexibilización crediticia, el Banco Central se ha preocupado porque los recursos liberalizados lleguen a los diferentes sectores de la economía, incluso generalizando su destino. Está encima de las medidas que aplica, vigilando su real aplicación. El fin de semana pasado el BCRD eliminó la sectorización para colocación RD$12, 038 millones de los recursos de encaje legal pendientes de desembolso.
Asimismo, aumentó hasta RD$15.0 millones el monto individual que los intermediarios financieros pueden otorgar para préstamos hipotecarios.

Por la generalización para colocación que dispuso el Banco Central, los recursos pendientes de ser desembolsados, que representan el 35% del valor global sujeto de liberalización, pueden ser prestados indistintamente en actividades de exportación, en manufactura, agropecuaria, en préstamos para la construcción de viviendas (interinos), para adquisición de viviendas de hasta RD$15.0 millones, comercio, créditos a las Pymes.

También los recursos pueden financiar consumos personales y compra de vehículos, sin límites particulares entre los distintos renglones.

El objetivo es claro: contribuir a estimular el crecimiento de la economía a través de una mayor inversión y consumo privado. En la apuesta hay un riesgo, que es el de calentar la economía. Pero como el BCRD maneja las cifras de los agregados monetarios, se trata de un riesgo calculado.

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