El país se encuentra en un momento que bien pudiera definirse como difuso, con muchos asuntos por definir. En ese sentido podría considerarse en estado complejo, que no se explica con simplezas. Amerita reflexiones profundas para poder pergeñar hacia dónde va, lo que no resulta fácil.Como estamos en ese estado telarañoso cualquier cosa cobra importancia, precisamente por esa carencia de claridad, donde incluso los liderazgos, aún sean viejos en la arena, están por redescubrirse, redefinirse o encontrar su posicionamiento verdadero en lo que podría ser un proceso para decantar el curso de los acontecimientos.
En circunstancias como ésta puede aparecer cualquier fenómeno, o algún elemento, que podría cobrar alguna importancia. Una simple opinión deviene en cuestión de gran impacto.
Podría decirse: en algo tiene la audiencia que entretenerse.
Así podríamos tomar la idea que se ha adelantado sobre el exclusivo monopolio para la prestación de servicios para la diagnóstica médica, la analítica, los estudios especializados de imágenes, pruebas, etcétera. Y es que una buena parte de las clínicas privadas carece de las calidades para la prestación de todos los servicios de diagnóstica.
En honor al buen juicio, no debe desconocerse el dato: los análisis o estudios que deben quedar bajo la soberana exclusividad de las clínicas son aquellos previos a una intervención quirúrgica, lo que pudiera ser valorado, pero muchas de esas prestadoras no tienen la plena capacidad instalada.
Pero no olvidemos lo fundamental. Es que en estos tiempos cualquier cosa genera un amplio campo de atención. Y cualquier lanzamiento puede ser estimulante.
Lo que esperamos es que la idea de concentrar una amplia gama de análisis y diagnóstica en la prestación de los servicios de salud no pase de ser un natural ejercicio de la palabra y libre aspiración, que sin embargo, en una sociedad de mercado resulta contraproducente.
