El presidente Luis Abinader almorzó ayer en el Palacio Nacional con ejecutivos de medios de comunicación, en lo que fue la reiteración de su relación abierta y horizontal con la prensa.

Con ello exhibe el mandatario un estilo de gobernar transparente y sin secretismo, algo que ha venido forjando desde que se instaló en la casa de Gobierno.

Salvo los asuntos de Estado que obligan a mantener una obligada discreción, Abinader habla de manera directa y llana, sin medias tintas, siempre dispuesto a todo tipo de preguntas, incluso hasta las de tipo personal, como las que se refirieron a la participación de sus hijas en movilizaciones callejeras en apoyo a las tres causales para la interrupción del embarazo.

No han abundado a través de nuestra historia los presidentes que exponen en público su entorno familiar, lo cual es típico de personas que dan importancia a lo que en esencia son, y de las que no aspiran a reconocimientos por hacer lo que consideran es de su responsabilidad.

En momentos en que muchos hombres con poder dejan en manos de asesores de imagen la gestión de determinadas cuestiones protocolares, el presidente prefiere encarar esas situaciones de manera personal, con un estilo abierto y franco.

Si uno se detiene y se limita, periodista al fin, a recoger las informaciones de primerísima mano que surgen allí, podría pasar por alto el interés del mandatario en involucrar a los medios de comunicación para que aporten a la solución de los problemas nacionales.

Si el presidente de la República cultiva ese estilo, no se podrá pasar por alto su manifiesta intención de gobernar con humildad y de no usar el poder como un bien patrimonial.

Tampoco se podría obviar que estamos ante un mandatario que, algo no muy común a ese nivel, gusta de hablar en primera persona y que también es muy dado a empeñar su palabra.

El comportamiento que exhibe el mandatario frente a los medios de comunicación supera lo propiamente informativo, lo que genera una buena impresión en sus interlocutores, acostumbrados a otros tipos de actitudes en los hombres que llegan a manejar ese esquema de poder.

Encuentros como el de ayer, vistos más allá del implícito respeto a la importancia de la prensa en nuestra sociedad, expresan una vocación democrática que ojalá trascienda en el tiempo.

Posted in Editorial

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas