Desde el mismo momento que Bolívar Valera incursionó en política motivado por gente querida y cercana como la familia Salcedo, habían voces que aseguraban que sus días en el quehacer político estaban contados.

Boli, a quien tal vez se le dio más fácil que a otros su entrada a la política, por los cambios que ha experimentado la misma, y la necesidad de conectar con nuevas generaciones, que para nada, creen en el picapollo y los 500 pesos, logró una curul de primer intento, gracias al apoyo contundente de su demarcación.

El Partido de la Liberación Dominicana (PLD), en la persona de Danilo Medina, le dio la bendición y él se quedó tranquilo militando activamente a favor de la organización que lo llevó al Congreso Nacional como diputado.

Tras la llegada al poder de Luis Abinader y el Partido Revolucionario Moderno (PRM) y los casos de corrupción a los que han estado expuestos algunos ex funcionarios del PLD, Boli siempre sacó la cabeza por su partido, y en innumerables ocasiones reiteró su militancia firme en la organización morada.
De fuentes confiables sé que su fe estaba puesta en no repetir la diputación, y de seguir militando en el PLD, como también sé que llegaron propuestas, del partido oficial, donde ahora se encuentran gente de los afectos del Boli.

Hasta hace unos meses, el joven comunicador e influencer, tenía claro que quería permanecer en el partido que le dio la oportunidad de incursionar en política, sin embargo algo grande pasó para que él anunciara su renuncia del PLD.

“Ya es tiempo de seguir trabajando y aportando a mi país desde otros espacios”, dijo el diputado que reiteró también que “ la vida se trata de crecer, evolucionar, transformarse, de ir forjando nuestro propio camino. Mi compromiso con la comunidad y mi país trasciende siglas y colores”, refiriéndose obviamente a su trabajo comunitario y social, labor que inició mucho antes de sus intenciones políticas, influenciado por el espíritu de sus padres, quienes son su ejemplo de trabajo.

Algunos lo someten al juicio público de las redes, donde la inquisición cobra fuerza, sin imaginar que una decisión de esa naturaleza debió ser muy difícil de tomar.

Lo importante es que Boli haya sopesado el paso y que el mismo no sea fruto de algún enojo o desacuerdo del momento.

Lo que sí es cierto es que el PRM lo espera con los brazos abiertos, las encuestas aseguran que él sigue marcando fuera o dentro de cualquier organización política.

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