En 1984, la República Dominicana vivía un contexto histórico, político, social y cultural marcado por varios eventos significativos; en término político, Salvador Jorge Blanco, se encontraba en el medio tiempo de su mandato, habiendo asumido en 1982. Su administración se enfrentó a desafíos económicos, altas tasas de inflación y desempleo, lo que generó un clima de inestabilidad y descontento popular.

Protestas, movilizaciones, especialmente entre sectores de la clase trabajadora y estudiantes, en demanda de mejores condiciones laborales y derechos sociales. En el contexto cultural había un despertar y evolución. La música, especialmente el merengue, comenzaba a ganar popularidad internacional. Mientras que la literatura dominicana también florecía, las obras literarias reflejaban las realidades sociales y políticas del país.

Mientras todo esto ocurría, un grupo de hombres y mujeres visionarios pensaron en la creación de una institución cuyo objetivo fundamental sería enaltecer el arte y la cultura dominicana; así nació Acroarte, que se ha mantenido firme por más de 40 años.

En un mundo donde las voces diversas son esenciales para el progreso, el gremialismo emerge como una herramienta poderosa que no solo protege los derechos de los asociados.

Cuando se habla de la fundación de este gremio, por lo general se mencionan los nombres de compañeros y colegas que con una visión avanzada, para la época, como Carlos T. Martínez, Mundito Espinal, J.Eduardo Martínez, dieron vida a un gran sueño. No obstante, en este gremio en el que milito con fervor, hace ya 20 años, también las mujeres han puesto lo suyo, en cada etapa para ser lo que hoy somos, un referente de institución.

Seré siempre una defensora de la participación femenina en el gremialismo porque, no solo enriquece el diálogo, sino que también asegura que las perspectivas y experiencias de las mujeres sean representadas y valoradas.

Pasaron 10 años luego de que Marivell Contreras fue juramentada como la primera mujer en la presidencia de Acroarte (2007), para que una mujer volviera a liderar el gremio de profesionales (en 2017). Pero, no hubo que esperar tanto para que una tercera mujer, (Wanda Sánchez), lograra llegar a la posición que por lo general, en los 41 años de fundación han ocupado más hombres que mujeres.

Creo en las segundas oportunidades, siempre y cuando sirvan para fortalecer y seguir creciendo, por eso, el regreso de Marivell Contreras a la presidencia de Acroarte, es un fiel ejemplo de que las mujeres cuando somos llamadas a asumir algún reto damos el paso sin temor alguno, convencidas de que dejaremos una huella.

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