Uno de los peores, más costosos y $ospechosos crímenes económicos que se han cometido en toda nuestra historia es la llamada autopista “Juan Pablo II”, 120 kilómetros hacia y desde Samaná, construida bajo una de las más onerosas concesiones por una empresa colombiana a la que en sólo ocho años se le han pagado más de 26 mil millones de pesos de lo que llaman “peaje sombra” (¡Y lo que falta por pagarle: 17 años más!). De manera que esa carretera cuesta más que la totalidad de las demás carreteras del país. Se impone preguntar: ¿Qué diablos espera el Gobierno para acabar con esa abusiva estupidez?

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