El problema tiene solución: 1) Establecer una frontera compartida (con industrias, agricultura, comercio, educación, salud e instituciones que funcionen a ambos lados); 2) Establecer el control de la extranjería (sin importar razas, idiomas ni creencias); 3) Establecer una política de empleo para la importación controlada de la mano de obra, y 4) Establecer los requisitos y méritos que todo extranjero debe cumplir para ser residente permanente. Hacer lo contrario nos pinta como un país que no domina ni siquiera su mejor mercado: ese que está del otro lado… (Ah, faltó uno: 5) Castigar severamente la corrupción fronteriza).
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