En el drama clásico “La tragedia de Hamlet, príncipe de Dinamarca”, una de las más importantes joyas de la literatura universal y probablemente la obra más famosa del dramaturgo inglés William Shakespeare, junto a “Romeo y Julieta”, aparece por primera vez la famosa frase: “Algo huele mal en Dinamarca”.

Shakespeare la pone en labios de un centinela llamado Marcelo que la susurra a los oídos del príncipe Hamlet momentos antes de que se le apareciera su padre, el rey Hamlet, para decirle que había sido asesinado por su hermano Claudio para quedarse con el trono y casarse con la viuda.

La obra fue publicada originalmente en el 1601, y la frase se ha hecho tan popular como el drama mismo. Por lo regular se la usa para señalar que algo negativo se cocina o se trama en un ambiente, sea de carácter político o económico. La he escuchado infinidad de veces en tertulias y en las entrevistas que suelo hacer en los espacios mediáticos en los cuales participo, y me asombra saber que muy pocos que la emplean con una seguridad solo comparable a su ignorancia, no tienen la menor idea de dónde procede la frase, tan famosa como el dramaturgo inglés que la creó.

Todo lo cual me confirma que a despecho de la relativa normalidad en que vivimos, siempre existirán razones para pensar que “algo huele mal (por suerte) en Dinamarca” y no entre nosotros.

En otra de sus obras, “La tragedia del rey Lear”, Shakespeare analiza la condición humana y ya entonces advertía que se vivía, y vivimos todavía, en un mundo regido “por locos que guían a los ciegos”. Sus obras siguen siendo lecturas obligadas para conocer la naturaleza humana.

Posted in La columna de Miguel Guerrero

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