Es entendible que gran parte de la atención en el campo de la salud pública se centre en la lucha contra la pandemia, pero sería un costoso error dedicar todo el esfuerzo en esa sola dirección porque más gente ha muerto de otras enfermedades en el país que las que se ha llevado el COVID-19 desde marzo del 2020.
Las grandes alzas experimentadas en los artículos de primera necesidad que componen la canasta familiar, son, sin embargo, muy inferiores a los incrementos de precios registrados en los medicamentos para la diabetes, las enfermedades coronarias y otras dolencias que a diario matan más dominicanos que el propio virus. Por ejemplo, las medicinas de mayor demanda para el tratamiento de las dos primeras alcanzan entre un 75 y un 100%, por lo que un paciente diabético e hipertenso pudiera estar gastando entre 20 y 25 mil pesos mensuales solo para evitar que su caso se agrave.

Es importante pues que las autoridades de salud presten mayor atención a esas y otras enfermedades que figuran entre las principales causas de muerte en nuestro país, muy especialmente entre las personas de avanzada edad, que están siendo vacunadas con la primera dosis contra el virus, sin la certeza de cuándo se estará listo para la segunda dosis que se dice necesaria para la inmunización contra el COVID-19. No se olviden las autoridades que una eventual y no deseada falta de vacunas no se le atribuiría solo al Gobierno, pero sí en cambio podría tener que cargar con el peso de medicamentos y alimentos que escapen al poder de adquisición de la mayoría del pueblo dominicano.

Difícilmente multitudes salgan a protestar por defectos en el programa de vacunación, pero el alza en los precios de medicinas y alimentos, puede generar graves problemas de orden público. De manera que el alza de precios en esos renglones amerita tanta atención como las que se le presta a la pandemia.

Posted in La columna de Miguel Guerrero

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas