El informe señalaba que posteriormente el padre Jean Baptiste Georges, asilado en la embajada, recibió la visita de su hermana que le dijo que Michel Bredy estaba tramando algo contra la República Dominicana. Y añadía: “Naturalmente que en ningún momento hemos informado al padre Georges ni a ninguna persona de este asunto, y tampoco esto ha salido del círculo de Monseñor, doctor Millán y el suscrito, por lo que nos vimos obligados a enviar el cablegrama cifrado de referencia.
“En dos ocasiones la pasada semana hemos tenido la oportunidad de ver al nombrado Michel Bredy sentado en la galería de su casa. Esto nos ha sido posible por residir él cerca de la residencia de la embajada por donde el suscrito tiene que traficar todos los días.”
Michel Bredy es una persona muy conocida en Haití por gozar del favor del Gobierno.

Hablaba perfectamente el español, el inglés y hasta el alemán. Fue cónsul de Haití en Camagüey, Cuba, y fue utilizado en el Gobierno de Trujillo por el Servicio de Inteligencia Militar en trabajos especiales, según recorte del diario El Caribe. Bredy era señalado como implicado en la desaparición del ciudadano dominicano Francisco Eugenio Fernández Alarcón (Según oficio 111 del 9 de febrero de 1962; el oficio de esa Cancillería No. 2800 del 7 de febrero de 1962 y El Caribe, edición del 6 de febrero de 1962,). Michel medía de 5’11” a 6 pies de estatura, pesa de 180 a 190 libras, color negro lustroso, cabellos canosos con un desrizado permanente, casado, jugador profesional y se presta a cualquier trabajo interesándole solamente el dinero, no importa su procedencia”.

Posteriormente, el 20 de marzo, la Cancillería, ante un informe confidencial sobre la presencia de dos haitianos en la embajada de Haití, dirigió un oficio al Director General de Seguridad. l

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