El surgimiento de nuevos partidos, la separación de otros y la crisis por la que atraviesa el país como consecuencia de la pandemia y otros hechos de origen foráneo o interno, han activado el proselitismo partidario de manera acelerada y hasta casi inusual, lo que cargará un poco de trabajo a las Junta Central Electoral y mantendrá en vilo a la población.
Comenzando por las organizaciones denominadas mayoritarias, el proselitismo no se ha detenido y bajo cualquier excusa, todos están en las calles captando adeptos y cuidando los seguidores para lograr mayor fortaleza para el certamen de 2024. Esto necesariamente distrae un poco en las tareas que requieren especial atención de los ciudadanos, incluyendo a los políticos.
Aunque se tiene la conciencia de que es necesario aunar esfuerzos para afrontar los problemas emanados de los altos precios del petróleo, la comida, los servicios y hasta la escolaridad, el proselitismo no se detiene y los partidos se mantienen, de una u otra forma, en campaña permanente.
Sin embargo, lo último que debe perderse es la esperanza y se debe apostar a que, aunque la campaña se mantenga, la realidad del país debe ser preocupación de todos y colaborar en la medida de lo posible para sacarlo a flote y podamos regresar definitivamente a la vida normal.
El calor de la política a veces nos transforma, pero esta vez debemos recordar que el país está en una situación especial que debemos superar con el esfuerzo decidido de los dominicanos que aman y sienten realmente por su nación.
No permitamos que las pasiones políticas desborden el fanatismo, para que, como ocurre en otras naciones, podamos alcanzar un proceso electoral apegado a los valores de la dominicanidad y que los escogidos para dirigir la cosa pública, también sean dueños de estas condiciones.
El respeto a los oponentes, la competencia sana, la equidad y la justeza, deben primar en este proceso que, inevitablemente ya arrancó y que se mantendrá hasta el fin de la jornada en 2024. Gane quien gane en la posición que sea, debe ser un triunfo del país, un logro de los dominicanos. Pensemos en eso.
