Cuidado con las redes sociales

“Las redes sociales vinieron a democratizar los medios”, una expresión que hemos escuchado más de una vez y tiene sentido. Ahora todos tenemos la oportunidad de publicar lo que pensamos, de influir en otros con nuestro criterio, algo que antes solo podían hacer los que tenían oportunidad en medios tradicionales de comunicación.

Pero como todo en la vida esto tiene sus pros y contras. Las redes sociales son herramientas que pueden usarse para hacer el bien, como para hacer daño. Por eso debemos tener cuidado con lo que se publica y más aún poder identificar la intención que tiene lo que se lee.

En nuestro mundo, las instituciones que producen contenidos deportivos importantes han puesto sus reglas para el uso de las mismas. Debe ser así, tiene que existir una regulación, de lo contrario se armaría un caos.

Me ha tocado trabajar el tema con jóvenes firmados para las Grandes Ligas, impartiendo charlas antes de que viajen por primera vez. Es increíble lo confundidos que quedan cuando los dueños de los contratos les bajan la línea del comportamiento que deben tener.

En el fútbol es igual.

Tomemos como ejemplo lo que sucedió en la liga profesional de fútbol norteamericana (Major League Soccer), que ha multado a jugadores y dirigentes por críticas a su arbitraje y a la misma institución.

El entrenador argentino Matías Almeyda, muy conocido aquí por ser el dirigente del equipo mexicano Chivas cuando vino a jugar contra Cibao FC, ya probó castigo en la MLS donde dirigió el San José Earthquakes, por criticar al árbitro Chris Penso después de perder un juego, cuyo desempeño calificó de “pésima” en todos los aspectos.

Como ese podemos enumerar muchos casos que pueden servir de ejemplo a los integrantes de la Liga Dominicana de Fútbol (LDF) para llamar a conciencia el cómo manejar sus redes.

Digo esto porque hace unos días vimos que un dirigente calificó de “robo” el resultado de un juego que le afectaba directamente en la tabla de posiciones. Así que pedimos a todos los involucrados que les importe la institución que los alberga, reflexionar con cabeza fría antes de publicar sus pensamientos.