Desde que inicia el día recibes un sinnúmero de información por diferentes medios, cargada de mensajes, verdaderos o falsos, que solo sirven para romper tu armonía interior, cosa a la cual te has acostumbrado de forma tal que, si no te ha llegado alguna, revisas el celular. Terrible es cuando descubres que no te queda carga y el caos mayor es que ya no puedes “comunicarte” con este, generándote unos niveles de ansiedad parecidos a los de un fumador cuando no tiene un cigarro ni donde buscarlo.

Temores de guerra y la preocupación por lo que está ocurriendo, por ejemplo, en Ucrania, es tema de la gran mayoría en nuestra sociedad. Por igual, los problemas sanitarios, sin embargo, en lo más íntimo de tu hogar se reciben constantemente bombardeos de misiles emocionales, amenazas que desestabilizan todos sus miembros. Los padres se preocupan por dar una buena alimentación y preparación académica a sus hijos, no obstante, pareciere que no han interpretado todo aquello que está afectando negativamente sus mentes y, por ende, el desarrollo de una personalidad sana. Desde muy temprana edad es normal darle como entretenimiento a los niños, llámese menores de 6 años, un celular, tableta, buscando con ello ofrecerles lo que debía hacerse en la interacción con otros niños o los propios miembros de su familia.

En días pasados, en una sala de espera donde permanecí más de una hora, a mi lado, una niña de no más de 5 años permaneció todo el tiempo jugando con una tableta en la mano, y su madre, escribiendo desde su teléfono móvil. En ningún momento intercambiaron palabras, mucho menos una mirada.

Esa es la dinámica cotidiana de la sociedad en este momento, convirtiéndose estos equipos en los compañeros y amigos tanto de adultos como de niños, bloqueando esto las relaciones interpersonales cercanas, y llenando de lo que de fuera penetra sutilmente, y cuyo contenido distorsiona el sentido de la realidad. Se pretende desvirtuar por completo los valores centrados en nuestras familias y de manera especial aquellos cuyas bases son fundamentadas en el cristianismo, queriendo hacer ver obsoleto y atrasado, sin importar el nivel profesional y social que tenga, todo aquel que de manera responsable defienda los mismos. Ojo, República Dominicana, única nación que lleva en el escudo de su bandera “Dios, Patria, Libertad”, y una Biblia abierta: “Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.” (Juan 8:32). l

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