“Pasó la Navidad y ni siquiera en esa fecha mi marido me tiene presente con un regalo. – No me puedo quejar, tu sabes que el es atento, empezó el primer día de diciembre enviándome unas flores”. “Por lo menos en esta pandemia ha asumido colaborar con algunas cosas de la casa. – Este si no, por lo menos rompió brazo para que no falte nada”.
Escribo basándome en la cotidianidad y las necesidades de manera especial de aquellas familias o parejas con las cuales asumo el compromiso de darles soporte y ayudarles a un desenvolvimiento sano en el hogar. Una de las metas en mi desenvolvimiento profesional es que las personas, no tengan una casa, sino un hogar dentro del cual sus miembros se identifiquen y cohabiten con la mejor seguridad y unidad posible.

Es común entre mujeres, igual hombres, hacer comparaciones y mediciones de lo que entienden que carecen, no obstante, creen que al otro le sobra como en las dos conversaciones con las cuales iniciamos. Hoy más que nunca hay que tener cuidado con la interpretación de la falsa felicidad, falsas atenciones, donde, ya no conversándolo ni buscando, te llegan por las redes sociales (no me cansaré de mencionar el cuidado que hay que tener con las mismas para que no te sigan dañando), entrando en una especie de frustración soñando con esa “familia perfecta”, “pareja perfecta”, y no es la tuya. Sin embargo, sostengo un eslogan dentro de mi familia y cercanos: “La vida no es una foto, la cual hasta se puede retocar con un programa desde tu celular, quitar y poner para mostrar todo que aquello que idealizas”.

Cada persona es un universo, único, que va a responder y actuar en función y raíz de lo que ha podido aprender desde su primera infancia (0-5 años) y todo el desarrollo de su vida, y créanme que, pueden darse modificaciones en su conducta, claro que sí, no obstante, su personalidad está estructurada. Es oportuno, iniciando este año 2021, inventariar todas aquellas cosas positivas que tiene tu pareja, tus hijos, familiares y amigos, y, de manera especial tú mismo, con lo cual evitarás establecer comparación con aquellos cercanos a ti que tal vez ni siquiera por asomo llevan la vida que muestran y, aún la lleven, las interioridades solamente ellos las conocen, y te aseguro que probablemente no querrás estar en sus zapatos.

Posted in Por tu familia

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