El río Yuboa es una de las fuentes acuíferas más importantes del Cibao y el principal soporte de la agricultura y de vida de la provincia Monseñor Nouel, que está siendo depredado sin piedad por desaprensivos que no entienden el gran daño que hacen.

El Ministerio de Medio Ambiente, las Fuerzas Armadas, las autoridades provinciales y municipales deben volcar su atención a este crimen ecológico que está llevando a la ruina al Yuboa y sus afluentes y con ello a las comunidades ubicadas en su entorno.

Ya los arroyos Candongo y Colorao, en Rincón de Yuboa, están prácticamente secos, debido a que han sido desforestados sin piedad, incluso una reserva levantada por el gobierno con aportes del Banco Popular, fue arrasada para vender por centavos la madera y hacer conucos.

Las autoridades de esta localidad como el alcalde Rubio García y su primo Tomás García, encargado de Foresta, no prestan atención a los afectados, porque tienen miedo de dar el frente a Cristino Javier y otros depredadores e invasores de la zona, que no respetan propiedad alguna.

Este es un caso que debe ser asumido por las autoridades con urgencia o en el mediano plazo la comunidad no tendrá para comer, porque tampoco se respeta lo que siembran. Los ciudadanos conscientes de esta localidad expresan su impotencia ante la situación y reclaman protección.

El trasiego de madera es constante, el robo de animales, de productos agrícolas junto a otros males están medrando la paz y la sobrevivencia de los residentes en El Caserío, La Ceibita, Encampamento y otros poblados situados en el recorrido de este importante río que alimenta, además, la hidroeléctrica de Yuboa.

Es tiempo de poner un alto a esta situación, para que esta comunidad bautizada como un Paraíso Escondido, recobre la tranquilidad y la alegría que caracterizaba a sus moradores sometidos ahora a la incertidumbre. No permitan que maten al Yuboa

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