A veces el cambio llega a millas del último minuto, tal lejano se ve nuestro final que nos engañamos pensando que las oportunidades se predicen de acuerdo al tiempo y no al propósito; pero así acontece, sencillamente, y es que la bondad de Dios nos visita a tiempo, abriendo una brecha, que de aprovecharla, nos regalaría una larga temporada de bendiciones. La vida no espera a nadie, la muerte raramente avisa y el amor no usa disfraz, piénsalo. Hay decisiones que no requieren de tiempo, sino de valor, cambios que trastornarán el ritmo de nuestras vidas pero primero debemos aceptar sus latidos dentro nuestro. Todos existimos, pero vivir es una oportunidad que sucede cuando el amor abre la puerta, la bondad abre las ventanas y el egoísmo cierra el telón.

Posted in Rosas para el almaEtiquetas

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas