Ser sinceros puede ser el detonante para que algunos se sientan rechazados y por ende te rechacen cuando no les patrocines su deseo. Decirles “no” a otros es generalmente decir “sí” a una actitud de sabia transparencia que siempre debimos proyectar. Es actuar firmes estableciendo nuestro criterio, ante otros pareceres. Reconocer el hecho de que los demás no son el foco, sino tú, y que no es tanto la pena de cómo van a recibir el “no” como definitiva y única respuesta, sino que debes manejar la culpa que te aprieta el pecho cuando la verdad es que te cuesta más que a ellos.

Reconozcamos que dimos muchos falsos “sí” ´por no ofender con un real “no”. Lo cierto es que quien no respete tus “no”, tampoco merece tus “sí”

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