El hombre no fue diseñado para gobernar sobre otros hombres, sino para ejercer gobierno y dominio propio sobre su propio corazón, pero pareciera que es más difícil señorear nuestra tozudez, ejercer presión sobre nuestros malos hábitos o arrodillar al orgullo. Gobernarnos exitosamente es el más poderoso de los reinados, el más tenaz de los estrados. Dice la Biblia: “Es mejor ser paciente que poderoso; mejor es dominarse a sí mismo que conquistar una ciudad”. Proverbios 16:32
La paciencia por ejemplo, no es pasiva, se trata de dominio propio, fe y tolerancia en acción. La prudencia es sabiduría oportuna tocando el tope, mientras que dominio propio es lealtad a lo que debes llegar ser y no a lo que te apetece ser! Entonces entrénate, porque dominARTE, supera todas las artes.

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