David afirmó que para Dios un día es como mil años y mil años como un día, hoy, teólogos aseguran que una hora-Dios equivale a 40 años aproximadamente… Jesús reprochó a sus discípulos: ¿no pueden velar conmigo ni tan solo una hora? El reloj humano se ha detenido en ese punto de inflexión cielo-tierra que está cambiando lo que no podía esperar; Y aunque las circunstancias no nos cambian, siempre demostrarán de que estamos llenos, mientras este desierto evidencia de que carecemos… La cuarentena de Cristo enseña que el desierto sólo procesa aquello de lo que estás lleno, pero el enemigo te tentará con lo que provoca hambre. Oremos, porque en esta cuarentena Dios levantará el juicio, quitará el vicio, llenará lo vacío en lo que dicen berenjena.

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