Hoy día el ritmo de la vida en las principales ciudades del mundo es cada vez más rápido, el sentido de urgencia del hombre se ha acelerado y le afecta irremediablemente; porque históricamente nunca antes la mayoría de la población mundial se había concentrado tanto en centros urbanos. En consecuencia, nos desgastamos apresuradamente y lo mejor de nuestra vida queda diluido en una existencia común.Jesús, nuestro Pastor, prometió darnos reposo y confortar nuestras almas presas del activismo. Estar descansando, no significa estar inerte, ¡significa conocer con quién cuentas! Experimentarás descanso al entender quién está compartiendo el yugo de la vida contigo. Disfrutarás confort interior al confiar en quien te lleva a un bien mayor a tus fuerzas. Él te dice: ¡Suelta el acelerador, estoy al volante!

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