La manera como alguien entra a un lugar da una lectura adelantada de lo que busca allí. Me maravilla que Dios enviara a Jesús a iniciar una de las familias más humildes de Israel, educándose, formándose, trabajando y siendo parte de la sociedad de entonces como cualquier otro. No quiso intimidarnos. Fue manso, humilde, dulce, certero, solidario, entregado, constante, cercano, amigo. Jesús respetó el sistema, las creencias y los rangos, sabía cómo conquistar lo que éstos no. Fue Dios-Hombre y podía imponerse, pero quiso ganarlos, podía castigarlos pero prefirió perdonarlos, podía avergonzarlos pero los enseñó, podía devastarlos pero los bendijo, podía humillarlos pero los sanó, podía exterminarlos pero decidió amarlos, y amar desde una cruz. La Navidad es el nacimiento del Eterno en tu corazón.

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