Ser como todos es como ser nadie pero amarte es comenzar a ser, al amarte solo podrás ser tú mismo, con tus altas, bajas, locuras y certezas. Nadie ve el horizonte como tú, siente tus profundidades o valora tus ocasos… Admirar a otros es muy bueno, pero valorar la obra de Dios en ti y convertirte en alguien digno de admirar es la gran aventura y cuando Dios pone, nadie quita!

Hay un punto de partida dentro de todo proceso que te lleva al punto de inflexión de un gran progreso, no hablo de atajos, sino de saltos de madurez. Hay un tiempo para aprender de todos, una etapa para practicar lo aprendido y un momento para demostrarle a todos lo que puedes. En ese momento comienzas a ser tú.

Posted in Rosas para el alma

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