Quizás has estado permitiendo a la culpa justificarte cosas que piensas hacer y así evitar que las posibles soluciones florezcan para resolver esa crisis. Tal vez la culpa ha sido cómplice de algunos miedos, que te hacen compañía mientras caminan de la mano por las calles, afirmando sus razones mientras decides que callar minimizará sus efectos. Pero hoy quiero decirte que debes profundizar en las posibles e inevitables consecuencias de pasear tus conflictos internos mientras se agrandan. Es momento de echar tus cargas sobre Aquel que dijo “tengo cuidado de vosotros”, ven a mí y te haré descansar. Sabes, aprender que el verdadero reposo se encuentra en Dios supera el hecho de creer que Él es nuestra paz. Saber es recordar a tiempo, pero creer es actuar sin perder tiempo.

Posted in Rosas para el alma

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