¡Oye, discierne!

A pesar de que nos fue dicho “busca primero el reino de Dios y su justicia y todas las cosas les serán añadidas” seguimos escasos, con limitaciones, enormes vacíos, crisis económicas, existenciales y espirituales, porque no basta escuchar, sino escuchar con fe, discernir lo verdadero y retener lo preciso… Quienes escuchan desde sus vanos razonamientos sobre escriben sus corazones, creando confusiones mayores, oyen sin asimilar, caen en frustración, posteriormente se encierran en su insensatez desatando repulsión y estallidos sociales. Escuchar es un arte, por ello quienes buscan repuestas abren la mente pero los que aman abren su corazón… Todos podemos oír, escuchar es una decisión. Escuchar a Jesús desde nuestras convicciones es desperdiciar su mensaje, hagámoslo desde un nuevo amanecer, abriendo la página de la comprensión.