La lucha diaria implica hacerlo todo sin contaminarnos. No me refiero a pecar únicamente, estoy hablando de renegar de nuestras metas, reducir nuestros sueños a la estrechez de los recursos posibles, abandonar tu entereza emocional por las presiones del entorno, rebajar tus valores a las escalas asumidas por la conveniencia de la mayoría, etc. Esa es una forma de desnaturalizarnos y echar a morir nuestro hombre interior. Tu verdadero ser, ese que no todos conocen y quienes le conocen no aceptan del todo. No te conformes ni te apegues a sus maneras, no te postres ante sus ofertas ni te intimides frente a sus poderes. ¡Sé tú mismo! Cree, aunque otros renieguen; persevera, aunque otros deserten; lucha, aunque todos te dejen; y ama, aunque nadie te entienda.

Posted in Rosas para el alma

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