Dios cuida de ti con ternura y pasión, no dormita, ni desvía su mirada, puede que ni notaras como te ha celado y te guarda, su mano cubre todo lo tuyo.
Aunque te aflijas, Dios ha estado ahí, tu corazón se siente herido pero ninguna lanza pudo traspasarte. Recuerda ahora que cualquiera que conspire contra ti, lo hará sin Él, que aunque pases por el fuego no te quemarás, de tus guerras saldrán victorias y nueva autoridad, aún más, la revelación de cómo opera sobre ti Su Majestad. Mientras el enemigo intenta desanimarte para desligarte de tu propósito Dios enciende tus alarmas internas, reconectándote con su esencia y activando tu valentía, determinación y resiliencia. Mientras tu alma busca incesante una salida, tu espíritu reposa plácidamente en quien es “El Camino”…