Dios es Dios de pactos, mira esta promesa cumplida y piensa…
No faltó ni una palabra de las buenas promesas que el Señor había hecho a la casa de Israel; todas se cumplieron. Josué 21:45. Es el mismo ayer, hoy y por los siglos, no dejes que las pérdidas se roben también tu esperanza, ni que la dura espera arrase con la ilusión que encendieron sus promesas. Si las estrellas brillan mejor en la noche más oscura, acerca tu corazón a la luz inquebrantable de su pacto. Dios no miente. Tú ves lo que no se ha cumplido y Dios ve lo oculto, los obstáculos latentes, el devorador asechando, la verdad a medio cocer… Él no tiene promesas crudas para ti, pero el fuego de tu corazón puede acelerarlas.

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