Dios se mueve en lo oculto, en lo invisible de nuestras vidas, el poderoso Espíritu Santo entra a las profundidades de nuestro ser de la misma manera que en el momento de la concepción, nada escapa de su prodigiosa mano. Su nano movilidad es tan poderosa como sus grandes misericordias. Su rastro es vida abundante, su toque es poder sanador, su tacto es restauración y potencialización. Con un toque te levanta, con una palabra te sana, con un movimiento te libera y te catapulta. Ese es el Dios que te dice hoy “lo que creías muerto solo estaba dormido, lo que dabas por perdido yo lo rescataré, y eso que pensaste que olvidé ya está tocando tu puerta. Le estoy dando vida a lo que debe cumplirse ya, espérame confiando.

Posted in Rosas para el alma

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas