No existe la libertad absoluta en ningún derecho, incluida a la libertad de expresión. La libertad se reglamenta. A las redes sociales también hay que reglamentarlas porque sueltas como “liebres” lesionan otros derechos como a la intimidad, al buen nombre, a los derechos de autor, y demás. El proyecto depositado para regular la libertad de expresión es una actualización sobre las nuevas tecnologías. No limita a los periodistas ni a comunicadores. Las plataformas digitales tendrán que asumir responsabilidades para que también protejan los datos personales y prevenir la desinformación. No se puede tener un medio de comunicación sin saber quién es el responsable.