El pasado mes de junio tuvimos la gratísima experiencia de visitar la Universidad Europea del Atlántico, en Santander, España, y pernoctar en sus instalaciones durante cuatro días que resultaron de incuestionable utilidad para conocer algunos de sus muy diversos programas.
Esa estancia nos permitió edificarnos sobre los procesos de enseñanza que desarrolla esa academia, lo mismo que saber de los proyectos de investigación científica, que son de los más importantes no sólo de la región cantábrica, sino de toda España.
Junto a los colegas Menoscal Reynoso y Domingo Gómez, además de circular el más reciente número de País Dominicano Temático, mantuvimos fructíferos intercambios con autoridades, académicos y estudiantes que nos dejaron una grata recordación.

La Europea del Atlántico es una de varias academias que Fundación Universitaria Iberoamericana (Funiber) tiene diseminadas en varias partes del mundo, enfocadas en una oferta curricular proyectada hacia el desarrollo y las necesidades actuales.

En ese sentido, Funiber tiene planeada la instalación de una universidad de clase mundial en la ciudad de La Romana, un proyecto que no ha arrancado debido a cuestiones logísticas que deben ser resueltas oportunamente.

La oferta académica de la nueva entidad educativa estará dirigida a las necesidades de la región este de la República Dominicana, lo que significa que el profesional que egrese estaría acorde a sus expectativas de formación.

Por ejemplo, una de las ofertas académicas que más llamaron mi atención durante la visita a la Europea del Atlántico es la referente al desarrollo de tecnología de alimentos.

Tengo entendido que en la academia a instalarse en La Romana se enfocarán en la formación de recursos en un área como esta que resulta muy importante en una zona con un turismo tan intensivo, tanto nacional como extranjero.

Es decir, que atender la formación de recursos en tecnologías de alimentos será un aporte importante para el fortalecimiento de una industria que demanda calidad y eficiencia.

Otro programa cuya dinámica despertó nuestro interés es la formación en la ciencia de la actividad física y el deporte.

Alguien podría reaccionar preguntando si es necesario estudiar una carrera universitaria para ser entrenador de algún deporte, pues se asume que esta es una actividad física no científica.

Sin embargo, no es así. Conocer el cuerpo humano no es una tarea solo de los médicos, sino que es relevante para un entrenador tener el mejor resultado de cara a cuidar a un atleta.

He querido resaltar, groso modo, algunas de las carreras que llamaron la atención durante aquella enriquecedora experiencia, y también para enfatizar sobre la relevancia que las mismas tendrán como parte del campus cuya instalación se tiene ideada para La Romana.

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