El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) tiene proyectos aprobados para República Dominicana, según el corte numérico realizado ayer, por 1,800 millones de dólares, de los cuales la mitad está en ejecución y 800 millones esperan por aprobación del Congreso Nacional o firma de contrato por parte del Ministerio de Hacienda.

De los 800 millones con los que se está trabajando (que están en ejecución) hay una tercera parte que queda por desembolsar. Significa que poco más de 500 millones han sido desembolsados y faltan otros 300 millones -más o menos- por desembolso, para sectores como agricultura, energía y educación.

Son recursos que han sido dirigidos al fortalecimiento de actividades diversas, enumeradas ayer, tanto por Miguel Coronado Hunter, representante de Grupo BID en República Dominicana, como por varios funcionarios de la institución, entrevistados en el Almuerzo Semanal de Multimedios del Caribe.
Esos ejecutivos son Gilles Damais, jefe de Operaciones del BID; Joaquín Zentner, Economista País, y Patricia Reinoso, consultora de Comunicaciones.

El BID cuenta con una estrategia con la que trabaja de manera puntual y que diseñó para abarcar el “tramo” comprendido entre 2017-2020. Y posee un plan operativo, de un programa de necesidades de financiamiento que tiene el Gobierno, tomando en cuenta que –precisamente- el Gobierno posee un presupuesto que hay que financiar y ahí interviene el BID con el otorgamiento de préstamos para complementar esas necesidades que se tienen.

Pero de manera ampliada, el organismo multilateral viene acompañando en la implementación de la Estrategia Nacional de Desarrollo 2030. Entre los programas en el foco del BID están los dirigidos a reducir la pobreza y a atender el capital humano del país, los enfocados a las políticas públicas y consolidación de la democracia, igualdad de oportunidades y de género, el sector eléctrico, el de mejora de la Ciudad Colonial (que más bien viene del año 2016), un programa de acompañamiento presupuestal y un programa de profesionalización en materia de fiscalidad y recaudos, que abarca a las direcciones de Impuestos Internos (DGII) y de Aduanas (DGA).

En materia eléctrica, se acompaña en específico en la mejoría de la red de distribución, especialmente con un enfoque a reducir las pérdidas que presentan las empresas distribuidoras de electricidad (Edesur, Edenorte y EdeEste), con una intervención que el BID aprobó el año pasado por casi US$155 millones. Es una operación que se firmó este año, pero no ha sido remitida al Congreso, informó Coronado Hunter en la conversación.

El Programa de Acompañamiento Presupuestal se diseñó en 2012 y en la primera operación ayudó a implementar el Plan Estratégico 2012-2015, que tomaba en cuenta -entre otros aspectos- que para entonces se iba a establecer el Ministerio de Energía y Minas y se abordaría lo referente a las distintas entidades que participan en el sector eléctrico nacional.

Coronado Hunter recordó que el BID tiene una misión enfocada al desarrollo económico y social de sus países miembros. El organismo del que es parte está celebrando 60 años de presencia en la región y en todo ese tiempo ha ido evolucionando en la medida en que ha habido diferentes cambios en los distintos sistemas y en la consolidación de la democracia. “Cada vez hay más desafíos, que ustedes han podido observar en la región, especialmente con los temas que vemos en los diarios, inherentes a igualdad, desigualdad, demandas de mejoría de servicios públicos y cuestionamientos a los sistemas, de cómo están funcionando hoy”, dice el representante local del BID, respondiendo a preguntas formuladas por el director de elCaribe, Osvaldo Santana. Por parte del diario estuvo -además- Héctor Marte Pérez, jefe de Redacción de Apertura.

Miguel Coronado Hunter nació en Ibagué, Colombia. Es abogado de profesión, egresado de la Universidad de los Andes con especialidad en derecho internacional, análisis de políticas, gobierno, arbitraje internacional y financiamiento de proyectos. Cuenta con una maestría de la Universidad de George Washington en Derecho Internacional y Comparado. Habla con soltura sobre los diversos temas y mantiene buen sentido de humor.

Llegó a República Dominicana, para asumir sus funciones en el BID, en enero de 2018. Lleva poco en el país, pero por el conocimiento que ha adquirido y que demuestra poseer sobre la realidad local, a veces da la impresión de que ha vivido más tiempo en “suelo quisqueyano”.

Previamente, se desempeñó como especialista principal de Operaciones y abogado de proyectos del BID, donde suma más de 26 años de labor en favor del desarrollo internacional.

Desde su óptica, actualmente hay grandes desafíos regionales y resaltó cómo en estos tiempos se están reflejando los sistemas políticos y la vocería que tiene la ciudadanía (que puede hablar de forma directa por diversas vías, incluyendo las redes sociales), que demanda mayores servicios y de mucho mayor calidad. “Las circunstancias en que están nuestros países son divergentes (…), hay una población que se siente con mayor derecho a exigir a los diferentes estamentos públicos mayor atención”, planteó.

Visión sobre los servicios básicos y sobre economía

El representante del BID en el país sostuvo que parte del trabajo que se viene realizando dentro del Plan Nacional de Desarrollo de República Dominicana persigue lograr que el gran crecimiento alcanzado por la economía durante los últimos diez años pueda trasladarse en un beneficio equitativo y con prosperidad para todos los dominicanos. “Ese es el gran desafío que se tiene y el Plan de Desarrollo también lo tiene marcado. Ahí hemos hecho énfasis en tres ejes, que es donde participamos. Finalmente lo que buscamos es proteger el capital humano dominicano”, expuso Miguel Coronado Hunter. Dijo que las estrategias abarcan desde lo que es prestación básica de servicios, educación y el aspecto técnico profesional, hasta otros temas de diversa índole y sectores.

“Lo del cambio climático puede perjudicar el agro”

Con los funcionarios del BID los temas abordados fueron diversos. Se habló sobre la importancia de cuidar los recursos hídricos y de la necesidad de tecnificar cada vez más la actividad agrícola, para emplear menos el agua, y de lo vital que es cambiar los comportamientos en cuanto al uso. “También es muy importante invertir en infraestructura resiliente y pensar que esto del cambio climático puede afectar a la agricultura”, aseguró Joaquín Zentner, economista País del BID.

Cuando Héctor Marte le pregunta a Miguel Coronado si el cambio que se ha dado en la ciudadanía -que ahora está más empoderada e informada- ha impactado en el BID, provocando un cambio en su agenda o esquema de trabajo, la respuesta del funcionario fue: “Nuestra institución tiene una estrategia institucional que marca el rumbo hacia el que debemos dirigirnos nosotros y hay temas fundamentales que repercuten en toda Latinoamérica, como es el de la corrupción (…)”. Explicó que las estrategias, como es la local, diseñada para 2017-2020, y que entrará en el tramo final, son un marco conceptual que ayuda a la institución a enfocarse en las prioridades en las que debe trabajar para apalancar los recursos que se destinan a esas actividades programáticas, que están enmarcadas dentro del Plan Nacional de Desarrollo de República Dominicana. “Al final del día el gran esfuerzo está en cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030”, explicó Coronado.

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