Debbie Wolfe, una sobreviviente de los incendios en el norte de California, en las ruinas de lo que fue su casa en Santa Rosa, California, el 17 de octubre del 2017.
Debbie Wolfe, una sobreviviente de los incendios en el norte de California, en las ruinas de lo que fue su casa en Santa Rosa, California, el 17 de octubre del 2017.

California. — Los sobrevivientes de los incendios que han devastado gran parte del norte de California enfrentan ahora un nuevo reto: cómo conseguir vivienda en uno de los mercados de bienes raíces más elevados en el país.

En San Francisco, un apartamento de una habitación se renta en promedio por más de 3.000 dólares al mes, y el precio de una vivienda es de 1,5 millones de dólares. El alto costo de la vida abarca incluso la zona de la Bahía de San Francisco, donde estallaron algunos de los incendios.

Las conflagraciones fueron las más mortíferas y destructivas en la historia de California. Murieron por lo menos 41 personas y unas 6.000 viviendas quedaron destruidas.

Los bomberos avanzaron significativamente la noche del martes y la mañana del miércoles, al causar quemas intencionales a fin de privarle de maleza a los incendios, informó el portavoz Daniel Berlant. Añadió que el clima más frío y la ausencia del viento contribuyeron también.

«Esperamos que la Madre Naturaleza siga cooperando con nosotros”, expresó. «Hay más humedad en el aire y se vaticina lluvia, y eso ayudará”.

A pesar de indicios de que los incendios, iniciados el 8 de octubre, podrían estar pronto bajo control, mantener el buen ánimo es difícil cuando uno lo ha perdido todo y hay que comenzar de nuevo desde cero, comentó John De Groot, cuya vivienda en Santa Rosa quedó reducida a cenizas, con todo lo que tenía adentro, recuerdos de una vida entera.

«Trabajamos toda la vida, vivimos en esta casa por 23 años así que aquí tenemos muchos recuerdos. Vienen mis nietos, les encanta venir. Y ahora todo se ha perdido, ¿qué voy a hacer ahora?”, dijo De Groot.

California, que ya sufría de una escasez de vivienda aun antes de que estallaran las llamas, enfrenta ahora una labor titánica de hallar albergue para los sobrevivientes.

«Esto es un tremendo trauma para un área urbana», dijo el martes Brock Long, administrador de la Agencia Federal de Manejo de Emergencias. «Tenemos que reflexionar larga y profundamente sobre cómo evitar este tipo de crisis en el futuro, y sobre cómo podemos resistir mejor a estos desastres”.

Aproximadamente 100.000 personas fueron evacuadas en el peor punto de los incendios, y unas 34.000 siguen sin alojamiento. Muchas personas ni siquiera saben si sus viviendas están de pie.

«Lo bueno es que estamos juntos», expresó Ramona Lancu, cuya vivienda en Larkfield quedó incinerada. «Pudimos escapar. Ahora tenemos que empezar una nueva vida pero será difícil”.

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