El crecimiento promedio de las exportaciones nacionales desde República Dominicana fue de 7.5% en el período 1990-2021.

El país se ubicó entre los 20 de mayor crecimiento de las exportaciones en el mundo.
En esos 31 años se registró una marcada diversificación tanto de la canasta exportadora como de los destinos de los productos y servicios criollos”.

Los datos están contenidos en un estudio sobre el impacto de las exportaciones en la economía nacional realizado por la Asociación Dominicana de Exportadores (Adoexpo) en colaboración con la firma Apricus Consulting Group.

A nivel regional República Dominicana se ubica en el sexto lugar de Latinoamérica con mayor dinamismo exportador, solo superado por México, con un 10.8 %; Paraguay, con 10.5 %; Brasil, con 9.6 %; Ecuador con 9.5 %; Costa Rica, con 9.1 %.

De acuerdo con este estudio, la República Dominicana tenía la capacidad de exportar unos US$15,000 millones de bienes en el 2019, cerca de un 50 % más de lo realizado.

De hecho, solamente los 15 productos de mayor potencial exportador representaron oportunidades por US$4,000 millones en 2019, lo que hubiese representado un incremento de casi un 40 % de las exportaciones en dicho año.

El estudio precisa que en el 2000 el 88 % de las exportaciones dominicanas de bienes iban hacia los Estados Unidos, en el 2021 este porcentaje fue de apenas 50 % y otro elemento que llama la atención fue el incremento de exportaciones hacia países asiáticos, como China, India y Japón.

El incremento de la sofisticación exportadora en la República Dominicana estuvo motivado por el crecimiento de la oferta de los dispositivos médicos y equipos electrónicos.

Ese dinamismo en el sector exportador produjo un importante ingreso de divisas al país, al punto que el valor presente neto de las exportaciones de bienes entre 1993-2021 casi duplicaron el ingreso por divisas y fue 1.5 veces superior al ingreso por concepto de remesas familiares en dicho período”, Agregó.

La presidenta de Adoexpo, Elizabeth Mena, indicó que el flujo de divisas generado por las exportaciones de bienes ha ayudado al país a financiar sus importaciones y a mantener la estabilidad cambiaria que por años ha caracterizado a la economía dominicana.

Los detalles del estudio fueron presentados por el economista Juan Ariel Jiménez, en un encuentro que organizó Adoexpo con editores y periodistas.

El encuentro forma parte de la visión estratégica de la organización de continuar fortaleciendo los vínculos con los medios de comunicación y el sector exportador.

“La experiencia internacional ha mostrado que las economías pequeñas y abiertas, como esta, dependen del mercado mundial para expandir su producción y lograr mayores niveles de desarrollo socio-económico”, dijo Jiménez.

Consideró que en lo que respecta a la República Dominicana el sector exportador ha tenido un marcado dinamismo a lo largo de los años, tanto en el incremento del total exportado como en la diversificación de productos y destinos, y el incremento del nivel de sofisticación de nuestra canasta exportadora.

“Hemos pasado de ser una economía exportadora de materia prima agrícola al mercado estadounidense en los años setenta, a una economía exportadora de bienes manufacturados relativamente complejos y exportadora de servicios a decenas de países en el mundo”, indicó Juan Ariel Jiménez.

Lo que ha ido ocurriendo conforme el tiempo pasa

Tanto Elizabeth Mena, como el economista Juan Ariel consideran que mirando hacia adelante, todavía queda mucho potencial exportador por aprovechar, pues diversas estimaciones muestran que el país todavía pudiera exportar un 50% más, para lo cual el país lanzó el Plan Nacional de Fomento de las Exportaciones.

Ese plan al que hace referencia, contempla triplicar las exportaciones entre 2020 y 2030. Lograr estas metas ayudaría a un mayor crecimiento económico, generación de empleos y reducción de la pobreza.

Mientras que en la década de los setenta la canasta exportadora dominicana estaba dominada por productos agropecuarios como azúcar, café, cacao y tabaco (por eso la economía de ese tiempo llegó a denominarse como “de postre”), ya para la década de los noventa había despegado el turismo y las manufacturas textiles.

No obstante, a finales de los noventa e inicios de siglo XXI se desarrollaron exitosamente las industrias de dispositivos médicos y equipos eléctricos, en su mayoría en el modelo de Zonas Francas. Asimismo, se recuperaron las exportaciones de oro, en esta ocasión con una importante inversión extranjera directa.

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