El terreno está abonado. El tiempo y las necesidades están dados para que el Gobierno presente el presupuesto complementario del 2022. Gastos extraordinarios en cuantías excesivas están obligando al Gobierno a acelerar ciertas partidas y a ralentizar otras, en procura de un equilibrio fiscal.

La concesión de subsidios elevados y fuera de la planificación presupuestaria original materializados durante el primer semestre del año, como medidas de contingencia para enfrentar desequilibrios económicos importados, marca la pauta para presentar una corrección presupuestaria en el último tramo del período.

El incremento en unos US$1,000 millones en la carga asumida por el Gobierno en el costo de la energía ha sido el imponderable de mayor impacto en las finanzas públicas en el primer semestre en fase de concluir. El Gobierno fijó, en un paquete de medidas compensatorias que anunció el 4 de marzo pasado, un tope de unos RD$20,000 millones en subsidios a los combustibles en un período de cuatro meses. En los tres primeros meses de ejecución de ese programa, los subsidios para “frenar” las alzas en los combustibles en el mercado local acumulan unos RD$20,588 millones. Solo en las dos últimas semanas se otorgaron subsidios a los diferentes derivados de petróleo por RD$3,565 millones, en dos partidas, una de RD$1,800 millones y otra, la correspondiente a los precios actuales, de RD$1,765 millones.

Alzas petroleras lo complicaron todo

El punto de partida de todo ese vendaval sin rumbo que le ha caído al Presupuesto General del Estado (PGE) 2022, ha sido el volátil precio del petróleo, que el Gobierno proyectó en un promedio de US$62.7 por barril y ha llegado a colocarse en US$122.00, casi el doble del estimado.

Subsidios incrementados en el costo de la energía, forzados por el alza del petróleo, el carbón y otros componentes del costo de generación se unen a subvenciones o asistencias millonarias otorgadas por el Gobierno, con cargo al Presupuesto, para evitar mayores alzas en productos básicos como arroz, carne de pollo, huevo, harina de trigo y sus productos derivados y fertilizantes. Esos son los factores que ahora están trazando la pauta para que el presupuesto complementario pase de una opción a una especie de obligación circunstancial.

Desde aproximadamente una década, la presentación en el segundo semestre del año de un presupuesto complementario ha sido una norma. En el 2020, por tema de la pandemia del covid-19 iniciada en marzo, fue necesario presentar dos presupuestos complementarios, con los cuales el monto total del Presupuesto General del Estado (PGE) pasó la barrera del billón de pesos, nivel del que no ha bajado ni se estima que descienda. El primero de los presupuestos complementarios del 2020 lo sometió el Gobierno que cesaba en agosto y el segundo el que inició el 16 de agosto de ese año.

Regularmente los presupuestos complementarios obedecen a una de dos causas, aunque se han dado casos en que se combinan las dos. Una causa es cuando el Gobierno tiene ingresos extraordinarios de cuantías importantes, como cuando se han obtenido por ganancias de capital cuando se venden empresas. Otra es cuando las proyecciones de ingresos se caen y hay que buscar otras fuentes o modificar proyecciones de gastos.

En el panorama actual, las estimaciones de gastos no previstos se han disparado. El Gobierno había dicho que el esquema actual de subsidios, con precios dejados invariables al nivel que existía al 4 de marzo pasado, se mantendría mientras el precio del crudo se mantuviera en una franja de entre US$85.00 y US$115.00 el barril. Ya lleva dos semanas sobre el tope y los precios no han sido incrementados, y la opción del Gobierno ha sido incrementar los montos de los subsidios semanales, que habían sido preestablecidos entre RD$600 y RD$1,000 millones semanales, para una proyección mensual de entre RD$2,400 millones y RD$4,000 millones, que llevarían la suma para el período del programa de compensación entre RD$9,600 millones y RD$16,000 millones.

Los principales parámetros cambiaron

Todos los parámetros tradicionales y sus correspondientes montos quedaron superados, por el comportamiento alcista del petróleo que desde inicio del año arrancó con una amplia gabela sobre el precio promedio proyectado por el Gobierno.

Ahora todo parece indicar que el Presupuesto Complementario del presente año 2022 es más imprescindible porque será necesario al menos consignar transferencias de fondos de algunos capítulos y funciones, para cubrir los abultados subsidios a los que se ha visto obligado a otorgar el Gobierno.


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