El economista propone revisar métodos de fiscalización y recomienda moderar la ambición en proyectos públicos

El economista Andy Dauhajre consideró ayer que la propuesta de reforma fiscal en la República Dominicana estaba diseñada en gran parte según los intereses de los evasores fiscales, y dejaba de lado a sectores que tradicionalmente han cargado con el peso tributario.

Entrevistado en Despierta con CDN37, subrayó que, aunque la reforma no fue aprobada (el presidente anunció su retiro el sábado), no prevé una crisis económica en el país de aquí al 2028. Según sus cálculos, el déficit fiscal es manejable dentro del contexto económico actual, siempre y cuando se tomen medidas correctivas. Hizo un llamado a revisar los métodos de recaudación y fiscalización para bajar la evasión tributaria.

Respecto a la Ley de Responsabilidad Fiscal (de la que el Gobierno ha dicho que era su aporte en el tema en cuestión), Dauhajre opinó que, aunque es una buena declaración de principios, tiene sus limitaciones. Según él, lo más efectivo sería implementar consejos de asesores fiscales, al estilo de los vistos en algunos países de América Latina como Uruguay, donde estos consejos actúan como una especie de junta monetaria adscrita al Ministerio de Hacienda. “Estos consejos podrían tener la autoridad de decidir qué gastos son justificados y cuáles no, y evitar que se introduzcan gastos sin fundamento”, afirmó.

Sobre cómo se podría mejorar la recaudación, el economista destacó la importancia de atacar directamente los abusos en el uso de comprobantes fiscales y de sectores como el comercio controlado por chinos. Además, sugirió la contratación de expertos nacionales y extranjeros para realizar inspecciones, y propuso una opción de amnistía fiscal para que ciertos sectores puedan regularizar su situación. En este sentido, Dauhajre explicó que es crucial que la Dirección General de Impuestos Internos (DGII) cuente con funcionarios respetados, “personas a las que los empresarios les tengan miedo”, y propuso contratar firmas internacionales de alto nivel para auditar y fiscalizar los sectores evasores.

Dauhajre criticó además la disparidad en las tasas de tributación efectiva. Explicó que hay sectores que pagan muy pocos impuestos, con tasas efectivas tan bajas como el 0.8% sobre el total de ventas. “No puede el sistema depender de los consumidores y de los trabajadores”, sentenció, argumentando que la reforma, tal como estaba planteada, ponía una carga desproporcionada en estos sectores, mientras que los grandes capitales quedaban prácticamente ilesos. En cuanto a la situación macroeconómica del país, Dauhajre fue claro al afirmar que no habrá un colapso de aquí al 2028, siempre y cuando el Gobierno sea un poco menos ambicioso en la ejecución de proyectos. “El déficit actual es manejable”, aseguró, para señalar que a agosto el déficit del sector público no financiero rondaba los 83,000 millones de pesos. Según sus cálculos, el déficit podría llegar a los 200,000 millones, lo que equivale a un 2.9% del Producto Interno Bruto (PIB), un nivel que, en su opinión, el mercado de capitales, tanto doméstico como internacional, podría financiar sin problemas.

La pregunta que se le formuló fue exactamente esta: ¿Cuál sería la situación de la economía y cómo nos vamos a administrar? Parte de su respuesta fue: “Yo pienso que es simplemente ser un poco menos ambicioso en la ejecución de los proyectos, pero macroeconómicamente no va a haber ningún problema”. Indicó que si llegara a 200,000 millones de pesos, que sería como 2.9% del PIB, eso el mercado de capitales doméstico e internacional te lo financia muerto de risa.

“Muerto de risa. Entonces el Gobierno podría… Ahora, si tú quieres tener niveles de inversión pública más importantes, que son necesarios, bueno, entonces con un déficit mayor, ahí sí entramos ya en estrés en esa situación. Pero el presidente podría decir bueno, no voy a poder hacer este tren que iba para allí, este para aquí; voy a desacelerar la velocidad de terminación de algunas de las obras (…)”, agregó. Desde su punto de vista, la economía va a seguir creciendo. “Y yo creo que ha habido un daño con la propuesta de reforma, porque este país durante 30 o 40 años ha estado creciendo bajo una estructura de incentivos fiscales que sin lugar a dudas es atractiva y el haber anunciado como que había una voluntad para desmantelar eso de golpe… Hay algo que Keynes denominaba que eran los espíritus animales de los inversionistas”.

Dauhajre lamentó que el anuncio de reforma fiscal haya creado incertidumbre entre los inversionistas. Según él, la percepción de que el gobierno pudiera desmantelar los incentivos fiscales vigentes generó ruido entre los inversores internacionales, quienes podrían ver al país como poco confiable. Aconsejó mantener un diálogo constante con los bancos de inversión y los organismos internacionales para garantizar que cualquier cambio en la política fiscal no afecte negativamente la inversión extranjera.

El economista mencionó la posibilidad de mejorar la administración tributaria como una alternativa viable a la aprobación de la reforma fiscal. Propuso que el Gobierno se comprometa a incrementar en un 1% del PIB la recaudación fiscal mediante un esfuerzo conjunto entre la DGII y otros organismos tributarios. Sin embargo, reconoció que esto requiere un esfuerzo significativo en términos de fiscalización y voluntad política para aplicar medidas estrictas.

“El problema es que la clase política y la clase basura se han aliado. Porque la clase basura le dice, mira, déjame evadir y yo te acepto la clientela, el modelo de la clientela. Eso es algo que se vio abiertamente en la vista pública. La gente está en contra del modelo clientelista y quiere que eso se desmonte. Eso toma tiempo, pero el Gobierno tendría que dar señales claras de que va a empezar a recortar gastos de influencers, de pensiones dadas a gente que nunca trabajó en el Estado y que son miembros del partido político. O sea, tiene que dar señales gradualmente, en la medida que pueda. Eso no va a resolver el problema. O sea, tú puedes recortar gastos, pero eso no va a resolver el problema. Pero son señales positivas para llenar el camino”, apuntó el economista.

Le aconseja olvidarse del IPI y jamás tocar el Itbis

Dahuajre aprovechó la entrevista para hacer una sugerencia al gobierno de Luis Abinader: “No toque, mi recomendación en lo que queda hasta el año 2028, es que no toque el Impuesto a la Transferencia de Bienes Industrializados y Servicios, o Itbis, y no toque el Impuesto a la Propiedad Inmobiliaria o IPI. “Como si usted fuese un cirujano, vaya tocando áreas donde sepa que las viviendas pertenecen a personas de altos niveles de ingresos y de riqueza. Usted puede ir ajustando ahí los valores. Porque la tasa del 1% es altísima, es una de las más altas. Con esa tasa, tú ajustas un poquito los valores y ya te estás llenando de dinero”, dijo.

Advertencia:
“No puede el sistema depender de que sean los consumidores y los trabajadores que carguen; es lo que tenía esta reforma”.

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