Conocer al enemigo: La OPEP combate al mercado de futuros

El 15 de mayo, pidiendo prestadas las palabras de Mario Draghi, el banquero central que ayudó a salvar a la zona del euro, el ministro de Energía de Arabia Saudita, Khalid al-Falih, y su contraparte ruso, Alexander Novak, prometieron hacer “lo…

El 15 de mayo, pidiendo prestadas las palabras de Mario Draghi, el banquero central que ayudó a salvar a la zona del euro, el ministro de Energía de Arabia Saudita, Khalid al-Falih, y su contraparte ruso, Alexander Novak, prometieron hacer “lo que se necesite” para frenar el exceso en los mercados petroleros mundiales. En vísperas de la reunión del 25 de mayo de la OPEP, el cártel de productores de petróleo, prometió extender los recortes de producción del año pasado durante nueve meses más, hasta marzo de 2018, haciendo subir significativamente los precios del crudo, a alrededor de 50 dólares por barril.

Para hacer que la recuperación perdure, sin embargo, una frase más adecuada sería: “Conoce a tu enemigo”.

En dos años y medio de cambios repentinos en cuanto a cómo manejar los precios petroleros en declive, la OPEP ha sido consistente en un aspecto. Ha subestimado la capacidad de los productores de petróleo de esquisto en Estados Unidos, su enemigo en la batalla de jeques contra esquisto para usar técnicas financieras más eficientes para soportar la tormenta de los precios más bajos.

Un salvavidas de los productores estadounidenses ha sido su capacidad para usar los mercados de capital para recaudar dinero, y usar los mercados de futuros y de opciones para cubrirse contra los precios peligrosamente bajos vendiendo su producción a futuro a precios establecidos por estos mercados. Solo recientemente, el cártel se ha dado cuenta de la efectividad de esta estrategia. No está claro, sin embargo, que haya encontrado una solución.

El desafío más obvio que los productores de esquisto han planteado a la OPEP en esta década ha sido el uso de la fracturación hidráulica, o fracking, para extraer petróleo rápidamente y de manera más barata en lugares considerados antes poco rentables. Una vez que la OPEP se dio cuenta de esto en 2014, empezó a inundar al mundo con petróleo para sacar del negocio a los competidores de alto costo, aunque en el proceso también perjudicó a la propia fortuna de sus miembros.

Sin embargo, pasó por alto un cambio más sutil. El fracking es una industria más predecible que el antiguo modelo especulador de invertir dinero en hoyos en la tierra, con la esperanza de que un pozo surtidor genere una enorme rentabilidad. Según John Saucer de Mobius Risk Group, una firma asesora, el esquisto ha vuelto a la producción de petróleo más como una industria manufacturera que una de materias primas donde se invierte extravagantemente.

Eso ha hecho más fácil conseguir financiamiento para elevar la producción, permitiendo a los productores gastar muy por encima de sus flujos de efectivo. Saucer dijo que los simpatizantes de las compañías de esquisto más eficientes incluyen a inversionistas de capital privado y de fondos de pensiones que demandan rendimientos jugosos pero confiables. Es más probable que compensen la producción para proteger esos rendimientos que para apostar al “jonrón” de que los precios del petróleo se dupliquen a 100 dólares por barril. “Su cobertura es muy sistemática y transparente”, dijo. “No pierden el tiempo con la especulación de las materias primas”.

Datos de la Comisión de Compraventa de Futuros de Materias Primas de Estados Unidos, un organismo regulador, corroboran el cambio. Muestran que las compañías energéticas y otras no financieras negocian el equivalente al valor de más de mil millones de barriles en contratos a futuros en West Texas Intermediate, más del doble que el nivel de hace cinco años y representando casi una cuarta parte del mercado, en comparación con 16 por ciento en 2012. Mucho de esto son coberturas, aunque Saucer dijo que los datos reflejan solo parte del total, excluyendo a los acuerdos bilaterales con grandes bancos y a los mercaderes de energía.

Los productores de la OPEP y los de fuera del cártel agravaron sin querer la actividad de las coberturas al inflar la producción a fines del año pasado, aun cuando decidieron reducir la producción a partir del 1º de enero. Las políticas contradictorias ayudaron a deprimir el precio spot en relación con el precio de los futuros en WTI, preservando una curva de futuros inclinada hacia arriba conocida como “contango”. Esto hizo más atractivo para los productores de esquisto vender a futuro su producción, lo que les permitió elevar la producción.

Que la producción de esquisto más alta persistirá lo confirma el aumento en el número de plataformas de perforación, el cual no muestra signos de decaer. La Administración de Información sobre Energía, una agencia gubernamental estadounidense, estima que para el año próximo Estados Unidos estará produciendo 10 millones de barriles de petróleo diarios, por encima de su reciente nivel más alto en abril de 2015. Eso le pondría a la par de Rusia y Arabia Saudita. Los productores de esquisto habrán ganado participación de mercado a su costa.

En respuesta, los frustrados intervencionistas parecen ahora haberse propuesto poner a la curva de futuros en “backwardation”, en la cual los precios a corto plazo son más altos que aquellos a largo plazo. La intención es desalentar la acumulación de petróleo crudo, así como el hábito de la cobertura. Sin embargo, el éxito no está garantizado.

Agencia Internacional

La Agencia Internacional de Energía, un organismo pronosticador, señaló esta semana que, aun cuando los recortes de los miembros y no miembros de la OPEP se extiendan formalmente el 25 de mayo, se necesitaría hacer más en el segundo semestre de este año para reducir los inventarios de petróleo crudo a su promedio de cinco años, lo cual es el objetivo declarado de Al-Falih y Novak. También indicó que Libia y Nigeria, dos miembros de la OPEP no sometidos a los recortes debido a circunstancias nacionales difíciles, han elevado significativamente su producción recientemente, quizá socavando los esfuerzos de sus colegas.

Además, la demanda mundial ha sido más débil de lo esperado este año. En un reporte esta semana, Roland Berger, una firma consultora, argumentó que la demanda petrolera de los países ricos ha alcanzado su clímax y que, a medida que se industrialicen países en desarrollo como China e India, usarán el petróleo más eficientemente que sus contrapartes del mundo desarrollado. Todo esto despierta dudas sobre cuánto puede ascender el precio del petróleo.

Eventualidad

Eventualmente, los productores de esquisto recibirán su merecido. La escasez de mano de obra y de equipo elevará los costos de la perforación. Las tasas de interés más altas debilitarán el entusiasmo de los inversionistas. La “exuberancia irracional” podría llevarles a producir tanto que los precios colapsen.

Por ahora, sin embargo, Arabia Saudita parece estar llevando a la OPEP a una guerra que no puede ganar. Como lo dijo memorablemente Pierre Lacaze de LCM Commodities, una firma de investigación, ha llevado “una navaja a un tiroteo”. Peor aún, mayormente se ha herido a sí misma.

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