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El mundo de las criptomonedas sigue creciendo a un ritmo acelerado, con millones de personas en todo el mundo adoptando estas monedas digitales como una forma alternativa de inversión y pago.
A medida que las criptomonedas se vuelven cada vez más accesibles, varios países se destacan por liderar la adopción y el uso de estas divisas.
Según la Encuesta Global de Consumidores realizada por Statista, los países que más han invertido en criptomonedas hasta la fecha reflejan un panorama diverso que abarca desde economías emergentes hasta naciones desarrolladas.
Los 10 países que lideran la adopción de criptomonedas
De acuerdo con los datos más recientes, estos son los países donde las criptomonedas tienen un impacto significativo, tanto en términos de uso como de inversión:
- Nigeria (32%)
- Filipinas (20%)
- Turquía (16%)
- Perú (16%)
- Argentina (14%)
- Suecia (11%)
- China (7%)
- Estados Unidos (6%)
- Alemania (5%)
- Japón (4%)
Estos países han integrado las monedas digitales en sus economías de manera significativa. Ya sea como método de pago, inversión o incluso como refugio ante la inflación y la inestabilidad económica.
En particular, Nigeria ha emergido como el líder en adopción, con un impresionante 32% de la población que las utiliza, seguido por Filipinas, Turquía y Perú.
África: Un continente clave para la adopción de criptomonedas
África, y en particular Nigeria, ha demostrado ser una de las economías más dinámicas en cuanto al uso de criptomonedas. En muchos países africanos, la criptomoneda no solo es una herramienta de inversión, sino una solución ante la falta de acceso a servicios bancarios tradicionales.
Esta tendencia ha sido especialmente marcada en Nigeria, donde las criptomonedas se utilizan principalmente a través de dispositivos móviles para realizar transacciones y pagos cotidianos.
Además, a nivel global, las economías emergentes están tomando un papel crucial en la adopción de criptomonedas. En América Latina, países como Argentina y Perú también se encuentran entre los más adoptantes de criptomonedas, debido a la alta inflación y la inestabilidad económica. La tendencia en estos países indica que las criptomonedas se perciben como un refugio ante las fluctuaciones del mercado y una alternativa a las monedas locales inestables.
Su uso como método de pago
Aunque el uso de las criptomonedas como medio de pago tradicional aún está en desarrollo, varios países han comenzado a integrar estas monedas digitales en sus sistemas económicos. En Estados Unidos, por ejemplo, ya existe una infraestructura bien establecida para el acceso a criptomonedas, que incluye cajeros automáticos de Bitcoin y tarjetas de débito que permiten a los usuarios realizar compras en criptomonedas.
Empresas como Apple y Google también están explorando el uso de criptomonedas como una opción de pago para bienes y servicios a través de sus plataformas móviles.
En El Salvador, por ejemplo, las criptomonedas, especialmente el Bitcoin, se han convertido en una moneda de curso legal desde 2021, lo que ha colocado a la nación en el centro de atención mundial.
Ucrania, por otro lado, ha adoptado un enfoque similar, permitiendo el uso de criptomonedas dentro de un marco legal.
Sin embargo, en países como China, el gobierno ha optado por restringir el uso de criptomonedas, cerrando intercambios y restringiendo la minería de criptomonedas.
No exento de riesgos
El mercado ha mostrado un crecimiento explosivo, con monedas como Bitcoin pasando de un valor de $19,167 en 2019 a más de $80,000 en 2024, lo que refleja un aumento significativo en su valor.
Sin embargo, las criptomonedas siguen siendo activos volátiles y de alto riesgo. Su valor no está respaldado por ningún activo tangible y depende de la oferta y demanda en los mercados globales.
En México, aunque aún no se utiliza de manera masiva como medio de pago, ya existen plataformas como Bitso, una de las empresas más importantes del país en el sector, que permiten a los usuarios comprar, vender e invertir en criptomonedas.
No obstante, expertos en el sector como la Escuela de Negocios Europea Business School advierten que debido a su alta volatilidad, pueden ser un activo incierto, lo que aumenta la incertidumbre sobre su futuro.
