Su emprendimiento, consistente en el aprovechamiento de derivados del coco, ejemplifica la capacidad de transformar desafíos en oportunidades

En el dinámico mundo emprendedor dominicano, Rosanny Castillo Hilario se destaca como una visionaria y versátil.

Su historia de esfuerzo se ha tejido a través de la diversificación y la capacidad de transformar desafíos en oportunidades económicas.

Su presencia en la escena de negocios no solo refleja su habilidad para innovar, sino también su liderazgo. Rosanny y su esposo iniciaron su trayectoria en el negocio vendiendo piña en Santo Domingo, pero ante las dificultades, tomaron una decisión estratégica: diversificar.

El giro hacia la producción de productos derivados del coco se convirtió en un punto de inflexión.
Desde la venta de agua de coco por galones hasta la elaboración de dulces para abastecer colmados, restaurantes y cafeterías, Rosanny no solo aprovechó el potencial del coco, sino que también creó una cadena de valor que abarca diferentes segmentos del mercado.

Un impulso a su emprendimiento llegó de la mano de la Fundación Dominicana de Desarrollo (FDD), una entidad comprometida con el desarrollo económico y social del país. Con un microcrédito otorgado por la FDD, Rosanny pudo ampliar sus operaciones y consolidar su posición en el mercado. La FDD, con más de 50 años de historia, ha sido un aliado estratégico para miles de emprendedores dominicanos, proporcionando no solo financiamiento sino también capacitación y asesoramiento necesario para fortalecer sus negocios.

Un amigo en el camino

“Con el primer microcrédito alquilé un local separando casa y negocio, resultó pequeño, pero con él hice clientela. El segundo crédito fue para arrendar un local más grande y ahora el tercero fue para comprar el terreno en el que queremos edificar nuestro negocio y ya fijarnos ahí”, comparte Rosanny, y evidencia cómo el acceso al financiamiento ha sido crucial para su crecimiento empresarial.

Pero la verdadera innovación de Rosanny va más allá de la producción convencional de productos de coco. Su incursión en la fabricación de mabí, con la visión de expandir su presencia en supermercados, colmados y cafeterías, demuestra una vez más su capacidad para identificar nichos de mercado y responder a demandas cambiantes de los consumidores.

El último descubrimiento de esta trabajadora polifacética es la semilla del Samo, utilizada para producir un café diseñado especialmente para personas con diabetes. Este proyecto no solo es una manifestación de su responsabilidad social al abordar necesidades específicas de salud, sino también una estrategia comercial exitosa que ha conquistado tanto a clientes locales como a dominicanos en Estados Unidos.

Con cuatro años de operación, Rosanny no solo ha diversificado sus productos sino sus inversiones. Desde la adquisición de locales y terrenos hasta la compra de una camioneta y otro solar destinado a futuras construcciones, su visión va más allá de lo convencional. La nominación a los premios BCIE, que reconocen el crecimiento de las micro, pequeñas y medianas empresas en la región, es un testimonio adicional de su impacto en el ámbito empresarial.

Es decidida y visionaria. Su historia no solo es un relato de éxito personal, sino también un ejemplo inspirador para aquellos que buscan triunfar en el siempre desafiante mundo de los negocios. En un contexto económico en constante cambio, la diversificación y la adaptabilidad son las claves del éxito, y Rosanny las ha dominado con maestría.

El descubrimiento de la semilla del Samo, no solo es un testimonio de la capacidad de Rosanny para identificar nichos de mercado, sino también un reflejo de su responsabilidad social. La atención a las necesidades específicas de salud de una población cada vez más consciente de su bienestar es una estrategia comercial audaz y, al mismo tiempo, una contribución valiosa al bienestar de la comunidad.

Su café goza de una buena aceptación

Rosanny ha trascendido las fronteras geográficas, con sus productos que llegan a manos de dominicanos radicados en Estados Unidos. La aceptación de su café por esta audiencia demuestra la calidad y la singularidad de sus productos, lo que la consolida como una empresaria con visión global.

Lo conversado por la dama dominicana es una suerte de eco inspirador en el panorama emprendedor de América Latina y el Caribe, una región donde las mujeres están marcando huella con iniciativas audaces.

El emprendimiento femenino en esta parte del mundo ha experimentado un auge significativo, impulsado por mujeres visionarias como Rosanny, cuyas historias revelan la capacidad de transformar desafíos en oportunidades económicas y sociales.

América Latina y el Caribe, con su rica diversidad cultural y económica, es un terreno fértil para el surgimiento de emprendimientos innovadores, como el de la mujer dominicana.

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