En el comercio de la República Dominicana se ha distinguido por años la oferta y demanda de productos usados. Esto impulsado por la numerosa cantidad de mercancías de este tipo que se importan desde las principales economías del mundo.

Uno de los bienes que predomina en este mercado de segunda mano dominicano son los vehículos usados, cuya importación alcanzó las 82,213 unidades en el 2021.

Esta cifra representó el 80% de los autos (100,243 unidades) traídos al país con fines comerciales en dicho periodo, según un informe de la Asociación Nacional de Agencias Distribuidoras de Vehículos (Anadive).
Mientras, datos del Departamento de Estudios Económicos de la Dirección General de Impuestos Internos (DGII), registran que el parque vehicular dominicano contabilizó 310,081 vehículos de nuevo ingreso, para un total de 5 millones 152 mil 448 unidades en circulación al cierre de 2021. De estos, el 89.8 por ciento correspondió a vehículos con cinco años o menos de antigüedad o fabricación.

Debido al auge de importación y comercialización de vehículos de medio uso, en su momento, representantes del sector se han expresado en favor de la aplicación de un régimen especial simplificado de tributación para pagar los impuestos en DGII (Dirección General de Impuestos Internos)de los autos importados directamente por los dealers.

Piezas y repuestos automotrices usados

Otros productos que se suman a la oferta de mercancías usadas son las piezas, accesorios y repuestos automotrices.

Este renglón ha permitido el desarrollo de negocios conocidos como “junkers”, los cuales se dedican a comprar autos usados en el exterior, que luego son desmantelados para posteriormente ingresarlos como partes al país en contenedores aduaneros.

Una referencia de la proliferación de los referidos comercios es la autopista 6 de Noviembre, donde durante un recorrido de elCaribe se visualizaron al menos diez negocios dedicados a la venta de piezas y repuestos de medio uso.

En estos lugares se encuentran toda clase de piezas usadas para diversas marcas de vehículos, como carrocería (puertas, neumáticos, techos, baúles, bompers, tapas de maletero, pantallas, micas, cristales, etc.) motores, amortiguadores, transmisiones y demás.

“La gente si choca un vehículo tiende a comprar mejor una pieza usada; resuelven más rápido y nada más lo llevan a pintar”, detalló Sergio Estévez, propietario de Taíno Import Repuestos Usados, uno de los negocios ubicados en la referida autopista, que se dedica especialmente a vender partes de vehículos versión americana.

Explicó que, además del factor económico, la alta demanda de repuestos usados está influenciada por su originalidad, pues al traerlas principalmente desde los Estados Unidos y Japón, los consumidores entienden que las piezas son totalmente genuinas u originales.

Otros negocios de la zona se han focalizado en la importación de mercancía usada desde Corea del Sur, debido al crecimiento de la presencia de autos de origen coreano que transitan en el país.

“Más o menos hace siete u ocho años que hay un auge de vehículos coreanos a gas y lo que nosotros hicimos fue identificar esa necesidad y suplirla. Estamos trayendo un contenedor aproximadamente cada veinte días y hay piezas que no damos abasto” manifestó a periodistas de elCaribe Rusking Sánchez, propietario de Sonata Auto Parts.

Los vehículos de la clasificación automóviles, tractores, ciclos y demás vehículos terrestres, sus partes y accesorios ocuparon el tercer lugar de las importaciones según capítulo, entre octubre y diciembre de 2022, al registrar un valor FOB de US$ 601.45 millones.

En términos de comercio internacional la terminología FOB significa que es un valor libre a bordo del barco, es decir que no incluye ni el seguro ni el flete.

Ropa usada tiene auge

A la acogida de productos de segunda mano importados también se suma la ropa usada o “paca”, cuya comercialización se extiende cada vez más, incluso a zonas comerciales donde el consumidor posee un mayor poder adquisitivo.

Muchos son los que optan por este tipo de vestimentas, motivados tanto por su económico precio como por la “calidad” que caracteriza a las prendas.

Las pacas en su mayoría son importadas desde los Estados Unidos y Europa. Su apogeo para la comercialización en la República Dominicana, en ocasiones, ha generado cuestionamientos por su alegada utilización como mecanismos para evadir impuestos, debido a que se estarían trayendo mercancías nuevas declaradas como viejas, alegando ser donaciones. Según datos de la Dirección General de Aduanas (DGA), la importación de artículos textiles confeccionados; juegos, prendería y trapos en el país registró un total de US$45.61 millones entre octubre y diciembre de 2021, para un aumento de US$4.95 millones, si se compara con la cifra obtenida en igual período de 2020 (US$40.64).

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