Líderes del sector agropecuario dominicano sugieren haya un presupuesto destinado solo para sanidad vegetal y bioseguridad
Puerto Plata. La inocuidad de los alimentos es un componente crítico en la cadena agroalimentaria de la República Dominicana. Productores, líderes de diversos rubros agrícolas y autoridades gubernamentales han destacado la trascendental importancia de garantizar que los alimentos sean seguros para el consumo humano. El ministro de Economía, Planificación y Desarrollo, Pável Isa Contreras, uno de los expositores que tuvo la jornada del segundo día del XXIV Encuentro Nacional de Líderes del Sector Agropecuario, que se desarrolla desde el día 6 hasta este viernes, enfatizó que aunque es difícil ofrecer números precisos, la inocuidad de los alimentos tiene implicaciones sociales y económicas diversas que afectan a múltiples sectores, incluido el turismo, la seguridad alimentaria, el comercio, la salud y el sector agroalimentario.
Esta diversidad de efectos subraya la necesidad de abordar de manera efectiva la inocuidad en todas las etapas de la cadena agroalimentaria.
En la jornada de ayer se hizo hincapié en que la inocuidad de los alimentos es un componente crítico que abarca desde la producción hasta el consumo. Se discutieron temas relacionados con la sanidad vegetal y la destacada industria avícola del país, que desempeña un papel crucial en la producción de proteínas y en la economía nacional.
Isa Contreras citó la importancia de prestar la atención debida a nivel interno a la inocuidad, porque eso fortalece la competitividad del sector agroalimentario y la productividad del capital humano de los países. Manifestó que la inocuidad es un eje transversal de toda la cadena de valor agroalimentaria, que abarca la producción, cosecha, procesamiento, transporte, almacenamiento y, finalmente, al consumidor.
Para garantizar la inocuidad, se considera necesario establecer una línea de investigación dedicada a este tema en el país, que involucre a todos los agentes en la cadena de valor. Según Isa Contreras, “la inocuidad es un compromiso de todos, y como Gobierno debemos crear las condiciones legales, de infraestructura, económicas, sociales y políticas destinadas a mejorar la calidad de los alimentos de nuestro pueblo.”
Prevención de enfermedades transmitidas por alimentos
Isa Contreras resaltó que los alimentos inocuos son fundamentales para prevenir las enfermedades transmitidas por alimentos (ETA).
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, 1 de cada 10 personas enferma como consecuencia de alimentos contaminados. En República Dominicana, en 2022, el servicio público de salud recibió 169,516 consultas a gastroenterólogos, lo que representó el 2.6% de las consultas totales. Esto subraya la necesidad de mantener altos estándares de inocuidad alimentaria para proteger la salud de la población.
En el evento se discutieron detalladamente los desafíos que afectan a cultivos fundamentales como el arroz, las habichuelas, los plátanos y la yuca. Rosa Lazala, directora del Departamento de Sanidad Vegetal, presentó una estrategia fitosanitaria diseñada para hacer frente a los desafíos de la producción nacional y garantizar la seguridad alimentaria. Se destacaron las amenazas, incluida la presencia de plagas cuarentenarias y las plagas bajo control oficial. También se propusieron diversas estrategias para prevenir y controlar los problemas fitosanitarios.
Federico Villarreal, director de cooperación técnica del Instituto Interamericano de Cooperación Agrícola (IICA), enfatizó la necesidad de que la agricultura evolucione más allá de su forma tradicional para enfrentar los desafíos globales. Villareal subrayó que los retos actuales exigen una visión más amplia y una acción decidida para garantizar la sostenibilidad y la prosperidad futura.
Uno de los puntos clave resaltados por Villarreal fue la importancia de proporcionar alimentos sanos e inocuos que se ajusten a las necesidades cambiantes de la población. Señaló que la producción de alimentos debe ser oportuna, accesible y asequible para todos. “En un mundo en constante cambio, la agricultura debe adaptarse para satisfacer la demanda de alimentos de manera eficiente y segura”, dijo.
Otro aspecto destacado fue la generación de empleos, ingresos y negocios más rentables a través de la industrialización inteligente de la biomasa y la biodiversidad.
El productor arrocero Oliverio Espaillat Bencosme enfatizó la importancia del arroz en la República Dominicana como uno de los productos de consumo más relevantes. El arroz forma parte esencial de la canasta alimenticia dominicana, con un consumo per cápita de 110 libras (50 kg) junto con el plátano, el pollo y los huevos. El arroz aporta el 15% del Producto Interno Bruto Agropecuario (PIBA) del país. Se discutieron las principales enfermedades, insectos y plagas que afectan al arroz en República Dominicana, con un énfasis en el control de estas amenazas.
Eladio Arnaud Santana, director del Instituto Dominicano de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (Idiaf), destacó la importancia de la habichuela en la cultura alimenticia de los dominicanos. La “bandera dominicana,” un plato emblemático, incluye arroz blanco, habichuela roja y carne. Se subrayó la relevancia de garantizar la preservación y el cultivo de la habichuela en el país, especialmente en momentos de crisis como la pandemia de Covid-19.
En cuanto a la yuca, se proporcionaron datos sobre la producción mundial y los principales productores a nivel global. Se mencionó que Brasil es el mayor productor en América Latina. En la República Dominicana, se siembran entre 300,000 y 310,000 tareas anuales de yuca, con una producción promedio de 3.2 a 3.5 millones de quintales al año. Se mencionaron las plagas más comunes que afectan a la yuca y se presentaron medidas de control para mitigar su impacto en el cultivo.
La avicultura… pollos-huevos
La República Dominicana se destaca en la producción avícola, con más de una gallina por persona y un consumo per cápita de 46.06 kilos de pollo y 272 huevos al año. El valor de la producción avícola alcanza los 904.5 millones de dólares anuales, lo que demuestra la importancia de este sector en la economía nacional. La avicultura también es un generador de empleo con 26,000 trabajadores directos e indirectos en todo el país.
A pesar de estos logros, la avicultura dominicana enfrenta desafíos, como la variabilidad en la oferta y demanda de pollo a lo largo del año y la competencia internacional. Más del 60% de la producción avícola se realiza en ambientes controlados, garantizando así la calidad y seguridad de los alimentos avícolas. La eficiencia del sector se refleja en el hecho de que la República Dominicana tiene el huevo más barato del mundo.
Los desafíos futuros incluyen mantener altos estándares de inocuidad, promover prácticas sostenibles y enfrentar la competencia internacional para fortalecer aun más la industria agroalimentaria del país.