Los dominicanos comen cada vez más plátano. En el año 2007 consumieron un millón 874,957 quintales y diez años después (en 2017, de manera particular) lo elevaron a 22 millones 515,987 quintales.

Cuando se suman los diez años transcurridos completos, la cantidad global que fue a parar al estómago de los consumidores es de 61 millones 778,869 quintales, de acuerdo con números oficiales.

En los diez años transcurridos entre 2007 y finales de 2017 no solo varió el consumo, sino también el costo de mantenimiento del producto en las fincas. En 2007 mantener una tarea en las fincas costaba 3,306 pesos, pero en 2017 eso se había elevado en unos 5,627 pesos, al pasar de 3,306 a 8,933 pesos.

En puestos informales de venta la unidad de la musácea cuesta entre cinco y siete pesos, en función del tipo de plátano y el lugar donde se comercialice, pero ha llegado a tocar la barrera de los 30 pesos por unidad. Eso ocurrió entre mediados y finales de 2015 cuando las autoridades tuvieron que autorizar su importación para abastecer el mercado y -de paso- forzar a una caída de precios.

Los datos indican que la musácea es más que un simple producto para comercializar y que tiene usos tan diversos, como los lugares donde se cultiva en el mundo, incluyendo República Dominicana.

A pesar de que por tiempo tiene un precio elevado que dificulta su adquisición entre muchas familias, el producto es tan “perseguido” a nivel local como lo son, por ejemplo, el arroz y el pollo.

El plátano tiene una serie de características que lo hacen de fácil manejo. Transportarlo no es complicado y almacenarlo tampoco. Es fácil de comer y de desechar. No necesita refrigerarse y cuando se madura puede seguir consumiéndose, incluso, en variadas recetas y como dulce para postre.

Con los plátanos también se prepara mofongo y pasteles en hojas. Y las propias hojas sirven para envolver los pasteles. El seudotallo del plátano que hasta hace unos años no tenía uso, hay países como Cuba que lo aprovechan. Es rico en minerales y a través de él se obtiene un producto antioxidante. Contiene una cantidad de fibras de importancia para el tratamiento de problemas gástricos y protege la flora intestinal. En Cuba han descubierto un conjunto de propiedades más de esa parte de la planta y desde hace años elaboran un suplemento nutricional que puede ser consumido por la población sin importar la edad. El seudotallo es el recto de la mata. Es decir, la parte gruesa, sin contar la raíz ni la parte de arriba. Es lo que comúnmente se conoce como la cepa.

Esas manzanas que todavía muchos agricultores cortan y tiran para aligerar la carga de la planta, una vez la fruta está llena, pueden ser convertidas en dinero enviando esa flor a países extranjeros. De acuerdo con expertos consultados, en la flor de manzanas de rulo, plátano y guineo se alojan una serie de nutrientes. Los consumidores de esas manzanas las hierven y la procesan como una ensalada. Hay lugares donde también las usan con fines decorativos y como alimentos para animales. En este último caso es para fermentarlas y procesarlas.

Los principales consumidores en los mercados receptores de la flor de las musáceas son las comunidades asiáticas, especialmente las ubicadas en los Estados Unidos.

El volumen en manzanas

Entre los años 2009 y 2014, los exportadores dominicanos, que sí conocen que las manzanas de las citadas musáceas tienen valor, enviaron a los mercados internacionales una cantidad de 794,000 kilogramos, generando por ese concepto US$424,000, es decir, unos 16 millones de pesos para entonces. Los países receptores han sido Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Francia, Alemania, Suiza, Holanda y España, entre otros.

Para los citados años había registradas en el Centro de Exportación e Inversión de República Dominicana (CEI-RD) unas 78 empresas y/o personas dedicadas al área de musáceas, la mayor parte de ellas ubicadas en la provincia La Vega. Los envíos de manzanas de los citados rubros son realizados principalmente por los exportadores de vegetales orientales. Normalmente, entre diciembre, enero y febrero de cada año la producción de plátano en República Dominicana entra en un proceso de declive. Eso se explica por el acercamiento de la época de frío.

El 70% de la producción de plátano en el país se produce en terrenos secano en el denominado “triángulo del Cibao Central” (Hermana Mirabal, Licey al Medio-Moca y La Vega). El restante 30% se produce entre Barahona (desde Canoa, Jaquimeyes y Vicente Noble) y la Línea Noroeste.

El arancel y el permiso de no objeción sanitaria

Los datos sobre producción y consumo de plátano provienen del Departamento de Economía Agropecuaria del Ministerio de Agricultura, colgados en su página web. Las importaciones de plátano están en libre mercado, no prohibidas, y la única restricción que hay es un arancel de 20% para los países, excepto los que están dentro del Tratado de Libre Comercio de Centroamérica, EE.UU y República Dominicana, que es un 6%. El único permiso que Agricultura otorga es el de no objeción sanitaria, cuando el plátano proviene de una zona libre de enfermedades que no estén presentes en el país.

Los meses que tarda la planta para dar los frutos

Las autoridades agropecuarias hacen lo posible para evitar que las plagas afecten la producción nacional de plátano. Durante las negociaciones del DR-Cafta el plátano cayó en la canasta C, es decir, que entró a tener una desgravación lineal del 20% de arancel en 10 años. El plátano es una planta perenne que se reemplaza. Los plátanos no crecen de una semilla, sino de un bulbo o de un rizoma. El tiempo entre la siembra de una planta y la cosecha del racimo es de 9 a 12 meses. La flor aparece en el sexto o séptimo mes.

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