República Dominicana presentó una importante disminución en los niveles de subalimentación (hambre) en los dos últimos años.

El dato está contenido en un informe “El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2022”, publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS). A pesar de la pandemia, el país reporta una prevalencia en subalimentación de 6.7% para el 2021; mientras que en el periodo anterior (2019-2020) esa cifra era de 8.3%.

De igual forma, la República Dominicana -junto a Panamá- son los países que logran una mayor reducción de las cifras de hambre en toda la región, observándose un aumento en la gran mayoría de los restantes.

La disminución en el índice de subalimentación puede ser explicada por el paquete de medidas que el gobierno desplegó para la contención de las familias antes de la pandemia. Como la ampliación de cobertura de Supérate, aumento de la producción de los alimentos de la canasta básica, apoyo a la siembra directa, tasa cero y otras.

En el mundo

Cerca de 828 millones de personas sufrían hambre en el mundo debido a los efectos de la pandemia y la crisis climática a finales de 2021, según las estimaciones de cinco agencias de la ONU que han advertido este miércoles de que, si la situación perdura, no se alcanzará el objetivo de eliminar el hambre en 2030.

El informe, en el que aún no se ven reflejados los nocivos efectos de la guerra en Ucrania, subraya que la pandemia, en particular, ha mostrado “la fragilidad de los sistemas agroalimentarios y las desigualdades”.

Desde el inicio de la crisis sanitaria, a finales de 2019, la cifra de personas sin acceso a los alimentos aumentó en 150 millones, mientras que el incremento fue de 46 millones en el último año.

La Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Programa Mundial de Alimentos (PMA), el Fondo de Desarrollo Agrícola (FIDA), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo para la Infancia (UNICEF) plantean una inminente revisión de las ayudas actuales para afrontar esta “situación catastrófica”. Además, el número de personas que padecen inseguridad alimentaria severa ha ido creciendo hasta alcanzar los 2,300 millones de personas en 2021, casi el 30 % de la población mundial, lo que revela un gran “retroceso en los esfuerzos por eliminar el hambre y la malnutrición”. Los organismos prevén que si la situación actual prosigue, el objetivo de la ONU de “Hambre Cero” para 2030 no se logrará, pues la seguirán sufriendo 670 millones de personas o el 8 % de la población mundial, la misma cifra de quienes vivían con hambre en 2015, cuando se lanzó la Agenda de la ONU, por lo que los esfuerzos realizados desde entonces parecen haber sido en vano.

El futuro se plantea más preocupante

El futuro se plantea aún más preocupante tras el estallido de la guerra en Ucrania que ha causado graves perturbaciones en las cadenas de suministro mundiales y un aumento de los precios de los alimentos, energía y fertilizantes.

“Se espera que la guerra ralentice el crecimiento de la economía este año. La inflación afecta principalmente a la población más vulnerable que no puede hacer frente a la escalada de precios”, explicó a Efe la directora de comunicación y abogacía global del FIDA, Helene Papper.

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