El gobierno y la ACLU deberán comparecer ante la corte el viernes por quinta ocasión en dos semanas, ya que el juez insiste en que todos los niños hayan sido reunidos con sus padres para el 26 de julio. La fecha límite para los niños menores de 5 años fue el 10 de julio.
El gobierno ha identificado ocho instalaciones del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas para reunir a los niños de 5 años y mayores, y en todo el sureste ha habido liberación de personas esta semana.
La Conferencia Episcopal de Estados Unidos y el Servicio Luterano de Inmigración y Refugiados están tomando la iniciativa de ayudar a familias que han sido puestas en libertad en el país. Grupos eclesiásticos proporcionan dinero, ropa, asesoría legal y con frecuencia dinero para un boleto de autobús o avión, usualmente para que se reúnan con sus parientes en otras partes del país.
Annunciation House, en El Paso, Texas, ha apoyado a docenas de familias. El director del albergue, Rubén García, dijo que “el actual proceso de reunificación es una pesadilla de logística”.
El juez ordenó el lunes una suspensión temporal de la deportación de los padres mientras el gobierno prepara una respuesta a la solicitud de la ACLU de que éstos tengan cuando menos una semana para decidir si solicitarán asilo en Estados Unidos después de que sean reunidos con sus hijos.