La generación de los “millennials” (2)

En países desarrollados, donde se hacen estudios para determinar sus patrones de conducta, se manifiestan tendencias que quizás algunos “dominicanitos” de familias de nivel económico, los emulan. No expresan deseos de adaptarse a los ambientes&#823

En países desarrollados, donde se hacen estudios para determinar sus patrones de conducta, se manifiestan tendencias que quizás algunos “dominicanitos” de familias de nivel económico, los emulan. No expresan deseos de adaptarse a los ambientes laborales, como los conocemos y esto los empuja a cambiar de empleo o fundar sus propios negocios. Un alto porcentaje (79%) entiende que debería permitírseles ir al trabajo en jeans. Consideran que sus jefes y mayores “pueden aprender mucho de ellos”.

A pesar de esto, las empresas tratan de buscarles espacio porque en los Estados Unidos serán el 40% de la fuerza laboral para el 2020 y el 75% para el 2025, según el Departamento de Estadísticas laborales de The Wall Street Journal. Son más inclinados a aceptar responsabilidades y no temen asumir retos, aunque sus metas resulten poco definidas.

Una característica criolla es que llegan a las universidades sin haber definido qué carrera deben tomar y de allí la frecuencia de cambios y las frustraciones propias del desencanto. Un elemento positivo es que tienen tendencias más apropiadas para trabajar en equipo, cosa que, al criollo de las otras generaciones, le es tan difícil.

Algo que señala Simon Sinek en su conferencia, es el concepto del premio sin merecerlo y la presión de los padres para que sus hijos sean reconocidos sin capacidades para ello.

Los atropellos a maestros y directores, con la complicidad del Ministerio, pone a los educadores en actitud defensiva y al alumno en posición de sentirse superior, rompiendo las elementales reglas de subordinación y la “meritocracia”. La realidad de la vida se encarga, de situarlos en su propia realidad, pero ya existen daños en su autoestima.

Es alarmante la pauta de insatisfacciones entre estos jóvenes, y crea pánico el como “equilibran” estos estados anímicos. De hecho, es una generación que se caracteriza por la baja autoestima, alta tasa de suicidios, accidentes y sobredosis de drogas. Los mecanismos de construcción de relaciones, están seriamente comprometidos cuando se dedica la atención al que está lejos, con las redes, y se ignora el cercano, en verdadera actitud de irrespeto mostrando poco interés por el ambiente real en que transcurre el momento.

Es común verlos “proyectados“ en todas direcciones, aunque sus cuerpos están juntos. Se precisa de una “aceptación” de los “otros” y se comparten fotos, videos y expresiones de elementos que constituyen hasta la intimidad personal, adaptando patrones que les son ajenos y activando una “competencia” por lo trivial. La “conquista” como tal, está seriamente comprometida y hembras y varones, “resuelven”, sin compromisos. Porque “esa vaina con agua y jabón se quita”. De ahí nuestra altísima tasa de embarazos en adolescentes y de muerte en jóvenes que, ante el estigma del aborto, recurren a métodos draconianos para poner término a la gestación, con enormes riesgos de vida. l

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