Puerto Príncipe. El olor a orina y a excrementos inundan el ambiente en las aulas y pasillos de una escuela de Puerto Príncipe que se ha convertido en refugio improvisado para unas 300 personas que han huido de la guerra entre bandas en la capital de Haití.

Mujeres embarazadas, recién nacidos y niños viven en condiciones inhumanas en esta escuela en la comuna de Tabarre, donde duermen amontonados, tras haber huido del terror de las bandas 400 Mawozo y Chen Mechan.

Sentada en una manta en el suelo, Tamoumoune, de 38 años y madre de tres hijos, está rodeada de lo que pudo salvar: un termo, sábanas y una maleta, además de los nuevos utensilios recibidos por parte de las ONG.

“Desde que ocurrió el desastre en Butte Boyer, hemos estado acostados aquí. Mi casa se quemó. Mi tienda fue saqueada. Los bandidos se lo llevaron todo”, dice Tamoumoune, que aparenta más edad, envejecida por la miseria que se está volviendo endémica en Haití.

Butte Boyer es una de las barriadas ubicadas en la planicie de Cul-de-Sac, una gran extensión en la entrada norte de Puerto Príncipe que se convirtió en un territorio de guerra entre el 24 de abril y el 6 de mayo, conflicto que llevó a más de 9,000 personas a huir de sus hogares.

Un informe de la Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos (RNDDH) afirma que 148 personas murieron durante los enfrentamientos, en tiroteos, decapitadas o quemadas vivas en incendios en sus casas, automóviles o en la calle.

Los desplazados carecen de electricidad o de agua para beber, para lavarse o para limpiar el lugar.

Debido a lo reducido del espacio y al calor sofocante, algunos pasan el día en la plaza pública frente al improvisado refugio y, en caso de lluvia, la noche es larga porque deben esperar de pie a que escampe.

Dicen les ofrecen comida y de mala calidad

Los desplazados se quejan de que el ayuntamiento solo les ofrece comida, y de mala calidad, mientras que para beber tienen que comprar agua en camiones cisterna, sin tratar y con un costo elevado. “No me he bañado desde ayer. Esta mañana, con una bolsa de agua, me he lavado los ojos, me he cepillado los ojos y me he lavado las partes íntimas”, dice Tamoumoune.

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