Beirut. Una segunda oleada de explosiones simultáneas en aparatos inalámbricos de comunicación (walkie-talkies) causó ayer al menos 14 muertos y 450 heridos en diversos puntos del Líbano, lo que deja un saldo total de 26 fallecidos y más de 3,200 heridos en ambas tandas ocurridas en tan solo 24 horas.
A primera hora de la tarde de este miércoles, volvieron a registrarse por segundo día consecutivo un gran número de deflagraciones originadas en aparatos del sur del país, el oriental Valle de la Bekaa y los suburbios meridionales de Beirut.
Aunque el número de fallecidos en estas áreas controladas por el grupo chií libanés Hizbulá fue similar al del día anterior, el de heridos queda muy por debajo de los 2,800 registrados a causa de la primera oleada, según el último balance ofrecido por el Ministerio de Sanidad Pública del país.
Mientras que en la primera ola detonaron miles de buscapersonas en posesión de integrantes de Hizbulá, en esta ocasión se habría tratado de aparatos de radio, según medios locales.
Incendios y más movilizaciones
Un día más, la Cruz Roja libanesa volvió a movilizar decenas de sus ambulancias, diversas organizaciones lanzaron llamados a donar sangre en masa y el Ejército salió a advertir contra las aglomeraciones en los puntos afectados para permitir el paso de los equipos médicos.
Por su parte, la Defensa Civil libanesa informó en un comunicado de que sus equipos participaron en la extinción de incendios desencadenados en decenas de inmuebles y vehículos a causa de las detonaciones de “aparatos inalámbricos y lectores de huellas dactilares”.
Según su recuento, solo en la provincia meridional de Nabatieh ardieron 60 viviendas y establecimientos, así como 15 coches y decenas de motocicletas. También se registraron fuegos en menor medida en las demarcaciones administrativas de la Bekaa (este), Baalbek-Hermel (este) y Sur del Líbano, y en el Dahye.
En ese extrarradio capitalino, un testigo que pidió el anonimato aseguró a EFE que presenció una detonación de baja intensidad ocurrida en el interior de un vehículo, de donde vio salir a dos pasajeros completamente cubiertos en “sangre”.
Otro testigo afirmó que varias viviendas sufrieron incendios en ese importante bastión de Hizbulá, donde las medidas de seguridad fueron enseguida intensificadas coincidiendo también con el vuelo de al menos un dron sobre la zona.
La formación chií, que atribuyó el ataque del martes a Israel y prometió venganza, todavía no se ha pronunciado sobre las últimas deflagraciones.
Segundo ataque mortal en 24 horas
El suceso de este martes sorprendió al país aún con la resaca del golpe anterior, horas después de que el ministro de Salud Pública, Firas Abiad, visitara una serie de hospitales capitalinos en los que se encuentran parte de los 1.800 ingresados el miércoles en el país. Según indicó en rueda de prensa, unos dos tercios de los heridos en la primera ola requirieron ingreso hospitalario y algo menos de 300 de ellos se encuentran en estado crítico, mientras que cerca de 460 han sido sometidos a cirugías principalmente en las manos. El titular recordó que entre esas primeras víctimas también hay civiles, incluidos dos niños que perdieron la vida. Durante su gira, apuntó que la mayoría de las heridas fueron en la cara, en concreto quemaduras que obligaron a realizar reanimación cardiopulmonar a los pacientes, y también en las manos.