El acceso a la educación en Ucrania sufre las consecuencias de la guerra
El acceso a la educación en Ucrania sufre las consecuencias de la guerra

Kiev, (EFE).- El acceso a la educación de millones de niños ucranianos sigue siendo complicado cuando llega a su fin el año escolar más difícil del país y se mantiene la amenaza de ataques rusos contra áreas residenciales e infraestructuras y mientras las escuelas intentan adaptarse a la guerra.

«Al principio a Ivan le impresionaban los misiles que veía sobrevolar la escuela. Buscó vídeos en Google sobre cómo preparar una mochila de emergencia para diferentes ocasiones, incluida una explosión nuclear, y nos regañaba por no tener en casa equipos de protección», dice a EFE su madre, Anastasia Zolotariova.

Recuerda el miedo que tenía de que la guerra le dejara una impresión duradera a Ivan y le alivió ver después que su hijo de nueve años, estudiante de tercer grado, se había adaptado a la nueva realidad.

«Decía simplemente: ¡qué bueno que haya una alerta aérea! Nos suspendieron el examen porque teníamos que bajar al refugio».

Menos de la mitad de los estudiantes de la edad de Ivan van a la escuela en Petropavlivska Borschagivka, un barrio de Kiev. Muchos siguen en el extranjero o en ciudades ucranianas «más seguras», mientras que otros siguen las clases por internet desde sus casas.

«Algunos padres están más tranquilos si están cerca, sin todos esos ataques de misiles y drones», explica Anastasia.

Ivan también solía estudiar desde casa. Con ambos padres trabajando desde casa también era un caos y ninguno podía trabajar o estudiar bien. Los contiuos cortes de electricidad, causados por los ataques rusos contra la infraestructura eléctrica, hicieron más difícil a profesores y alumnos seguir las clases por internet.

La familia respiró aliviada cuando Ivan comenzó a ir a clase.

«Incluso ahora estoy más tranquila sabiendo que va a ir a un refugio antiaéreo, lo que normalmente no hacíamos en casa», reconoce Anastasia. Dice que los niños no pueden estudiar en el refugio, que comparten con una guardería cercana.

La primera preocupación es la seguridad, según dice a EFE Sergii Gorbachov, defensor ucraniano de la educación, con casi quinientas escuelas completamente destruidas o dañadas por la invasión rusa.

Solo las escuelas que pueden proporcionar al menos refugios antiaéreos básicos pueden seguir dando clases presenciales y el porcentaje actual ronda el 75 %.

Aunque los sótanos reacondicionados ofrecen protección suficiente en zonas lejos de Rusia, la mayoría de los colegios en zonas del frente y junto a la frontera rusa no se prevé que abran sus puertas pronto, según Gorbachov.

«Solo funcionaría algo parecido a las escuelas israelíes, que son capaces de aguantar un impacto directo, pues una bomba rusa solo tarda segundos en alcanzar la zona y el riesgo es elevado. Desgraciadamente, es algo que Ucrania no se puede permitir», explica.

Como consecuencia de ello, la educación a distancia es la única opción para muchos niños ucranianos y cerca de 1,6 millones de ellos asisten a clases por internet. Aunque Gorbachov dice que Ucrania ha podido desarrollar buenas plataformas de aprendizaje por internet durante los años de covid y guerra, un tercio de los estudiantes carece de equipamiento apropiado o de una conexión estable.

Según el Ministerio de Educación, 200.000 estudiantes, así como 80.000 profesores, no tienen los dispositivos necesarios. Como los niños estudian desde casa, los padres soportan una carga adicional, ya que tienen que dedicar más tiempo a atenderles y muchos no pueden hacerlo.

Las pérdidas de aprendizaje de los menores ucranianos, incluidos los de los territorios ocupados, son preocupantes, según Gorbachov. Clases de refuerzo y tutorías por internet podrían aliviar el problema, pero el sistema educativo ya está «infradotado de manera crítica».

Otro problema es la falta de socialización y muchos padres se quejan de que sus hijos se sienten deprimidos y aislados, sin una buena comunicación con sus compañeros. Aunque la educación por internet puede sustituir a las clases presenciales hasta cierto punto, no se puede decir lo mismo respecto a que permita que los niños pasen suficiente tiempo juntos.

«Lo más importante, sin embargo, es que hemos aprendido a ofrecer educación a nuestros hijos a pesar de los ataques rusos, los cortes de electricidad y la migración. Este año ha mostrado la resiliencia de Ucrania y su sistema educativo. Hemos perseverado y eso es lo más importante», subraya Gorbachov.

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